“Tucumán es la capital del NOA, pero su relación con el mundo sigue pasando por Buenos Aires”

“Tucumán es la capital del NOA, pero su relación con el mundo sigue pasando por Buenos Aires”

Según José Luis Castiñeira de Dios, es imperativo que el próximo Gobierno empiece a brindarle al país una organización federal que hoy no tiene.

“Me parece interesante que el gobernador Manzur haya tomado la iniciativa de convocar y haya obtenido respuesta de sectores bien distintos. Si no, el famoso concepto de unidad no pasa más que de una mera declaración”, apunta José Luis Castiñeira de Dios. No fueron muchos los ex funcionarios de la etapa kirchnerista presentes en el palco del 17 de octubre. Castiñeira, que fue Director Nacional de Artes -entre otros cargos-, reforzó con ese gesto su fidelidad al peronismo. Pero más allá de la coyuntura, es interesante charlar con él por su mirada en profundidad de los problemas, producto de una vida dedicada al estudio (es antropólogo), a la música, a los viajes y a la gestión pública de la cultura. Además es de risa fácil y eso, además de desacartonarlo, subraya que a los 71 años se puede ser un referente de la vida cultural argentina sin perder ni un gramo de jovialidad.

- Se lo ve a gusto en Tucumán. ¿Hay una relación especial con la provincia?

- Soy muy apasionado respecto a Tucumán porque tengo una relación de muchísimos años. Vine por primera vez a los 16 años, a ver a Arturo Álvarez Sosa (ex periodista de LA GACETA), que era amigo de mi padre. Viví muchas etapas de Tucumán desde distintas perspectivas a través de personas centrales para mi vida artística y personal: Leda Valladares, Gerardo Vallejo, Miguel Ángel Estrella, Mercedes Sosa, y muchísimós más en la universidad, en los ámbitos culturales, gremiales… Seguí muy de cerca la vida tucumana y me sentí muy identificado.

- ¿Y qué percibe cada vez que nos visita?

- Veo que Tucumán está encadenado a un problema regional que no termina de resolverse. Sigue siendo la capital del NOA y del Norte Grande, pero su relación con el resto del mundo pasa por Buenos Aires. Mientras las combinaciones regionales en Europa han dado tantos resultados, acá seguimos con la famosa discusión centralismo-federalismo. Si algo debería hacer el próximo Gobierno en materia cultural sería resolver de una manera definitiva el tema federal. Es decir, sostener en el plano legal, y en el plano de las políticas públicas y presupuestarias, una organización federal que el país no tiene.

- El peronismo fue Gobierno y no lo consiguió todavía.

- El peronismo tiene una vocación verdaderamente federal, la ha tenido siempre, incluso por razones ideológicas, pero también es verdad que hay que dar un paso más delante de eso. Para ir a una cosa bien concreta: el 90% de los equipamientos culturales está en Buenos Aires y lo paga la Nación, no la CABA. Pues bien, ¿cómo se rompe eso? El día 1 de los primeros 100 días del próximo Gobierno, la Orquesta Nacional pasa a funcionar en Córdoba, el día 2 el Museo… Y así sucesivamente hasta que las joyas de la abuela se distribuyan. Eso cambiaría la historia.

- ¿Por qué es tan difícil?

- Está todo armado para que no sea así. El caso de Buenos Aires es notable porque cuando en 1948 Perón creó la Sinfónica Nacional fue para viajar por las provincias. En Buenos Aires ya estaba el Colón, que tenía dos orquestas, una para ballet y otra para escena. Pues bien, no hay presupuesto para hacerlo, pero además se cuenta de arranque con la mala voluntad de los músicos, porque tienen su vida armada en Buenos Aires. No son artistas de gira, como el Cirque du Soleil o Hollywood on Ice. Un ejemplo notable es el Museo de Bellas Artes, que está atiborrado de obras que no puede exhibir. Pues bien, ¿por qué no llevar esas obras y pensarlas en una programación nacional? Todo debería ser así. La universidad tendría que funcionar así.

- ¿Cómo analiza el momento político y social que vivimos?

- Más que nunca la sociedad está fragmentada y el movimiento de las mujeres nos da una lección: cómo el activismo por una causa puede atravesar toda una sociedad de golpe, sin grandes banderas ni liderazgos personales. Cuando una sociedad verdaderamente se encuentra interpretada en la lucha por sus ideales, evidentemente es algo que no se puede forzar. Bueno, creo que la política ha estado muy vapuleada y desprestigiada en estos últimos años. También en los últimos del gobierno de Cristina. Pero fundamentalmente en estos años, porque fue una actitud antipolítica la que llevó adelante el Gobierno promoviendo supuestamente gestión. Como la gestión no salió ahora queda nada más que la antipolítica.

- ¿Y cómo se puede escapar a esa lógica?

- Escuchaba en un programa de TV a Susana Malcorra, que es alguien que ha visto el mundo, y decía que la sociedad no soporta más seguir avanzando sin cuatro o cinco puntos acordados en común. Tomemos la época de Roca: ocupar el desierto. Bueno, tenían que estar de acuerdo porque si no, no había manera. ¿Dominar al indio. Y sí, se propusieron eso y lo hicieron. Exportar la ganadería, bueno. Son cuatro o cinco temas, no hay muchos más, detrás de los cuales se alineó la sociedad. Esos temas no existen para nosotros porque la discusión sobre el procedimiento superó ampliamente a la de los objetivos.

- Hay demasiadas deudas en el camino para concretar eso...

- Releía una frase que cayó a mis manos el otro día y que me hizo pensar porque causa escándalo cuando la digo en alguna clase. Hay una gran reunión, está toda la industria del cine en un país europeo, entonces el ministro dice: “el cine, como la universidad, como los museos, son cosas demasiado importantes para dejarlas en manos del mercado”. Todos aplauden. Era Goebbels quien dijo eso. Y encontré una frase de Roosevelt que es notable, aplicable hoy: “ahora sabemos que el problema del dinero organizado es tan peligroso como el gobierno del crimen organizado”. Eso lo decía en 1932. Bueno, si algún aprendizaje doloroso pudimos haber obtenido de estos años nos llevaría a una sociedad más transparente. La sociedad avanza y se sostiene cuando hay instituciones sólidas.

- ¿Qué opinión le merece la política cultural de Cambiemos?

- Para mí ha sido una jibarización de la política cultural porque en realidad de lo que se trató ha sido de reducir los gastos. Y también una parte de carancheo: denostar lo hecho mientras aprovechaban Tecnópolis, el Centro Cultural Kirchner, los nuevos centros culturales que hay en Resistencia, Posadas, San Juan, Mendoza... Es una lista impresionante, nunca se construyó tanto desde el primer gobierno de Perón. Es decir que además de cortarle la cabeza a Zamba -como dijo el ministro Lombardi- porque estaba podrida, que es una acción negativa, la acción positiva no fue ninguna. No se sustituyó un contenido por otro porque obviamente el oenegenismo no es un sustitutivo de la cultura nacional o del pensamiento ideológico de una nación o de la historia cultural. No se sustituyó por nada.

- ¿Y en cuanto a la visión?

- Es una de las visiones más apátridas que se puedan imaginar. Apátrida en el sentido de la visión que ellos tienen de la modernidad: prescindir de las etapas históricas, de los nacionalismos y de los valores locales. Todo para aspirar a integrarse a los grandes circuitos del mundo y, por lo tanto, acceder a esos grandes valores universales que no son los nuestros, porque no nos tocan. La realidad es que este Gobierno quiso hacer un juicio moral de tipo puritano sobre áreas en las que nunca estuvieron, como la política. Ellos desconocían por completo la gestión pública, que es una ideología basada en el respeto a las leyes, las que se modifican según cambia el sentir de la comunidad. La construcción de la sociedad no se basa en la interpretación de las leyes: se basa en acuerdos, en la continua negociación, en la política.

- En estos momentos está dedicado a la música, con Anacrusa. ¿Cómo vive los cambios en la industria, con la desaparición de los discos en formato físico?

- Me escapa absolutamente. No alcanzo a entender cuáles son las expectativas, porque la industria discográfica no desapareció. Sí es otro sistema de consumo, pero sobre todo en el caso de la música es más notable, porque en realidad todo termina convergiendo en las pantallas, y de las pantallas a los teléfonos. Las jóvenes y medianas generaciones consumen a través del teléfono. Ahí está todo. Pero hay un conflicto importantísimo porque es muy linda la libertad de la nube, pero el único que no participa de los beneficios es el artista. A mí me resulta insoportable la desaparición del formato físico del disco, pero ya la gente no tiene en dónde escucharlos.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios