Estudiantes de medicina actuaron en un simulacro en la San Pablo T

Estudiantes de medicina actuaron en un simulacro en la San Pablo T

Más de 50 personas se movilizaron. La asistencia a los heridos y el trabajo de los rescatistas estuvo en juego en una hora.

EN LA PRÁCTICA. Las “víctimas” fueron asistidas en medio del campus universitario por los rescatistas. Gentileza San Pablo T.- EN LA PRÁCTICA. Las “víctimas” fueron asistidas en medio del campus universitario por los rescatistas. Gentileza San Pablo T.-
17 Octubre 2018

Sirenas. Ambulancias. Heridos. Camillas. Chalecos. Sangre. Víctimas. Rescatistas. Médicos. Todo eso se vio ayer, antes del mediodía, en medio del campus de la Universidad San Pablo T.

Fue un simulacro de emergencia en el que se produjo un sismo que, a su vez, provocó un derrumbe en el momento justo en que un grupo de 13 personas visitaba la casa de estudios. Los daños materiales eran significativos, pero lo que más movilizó al personal médico y rescatista fueron las 13 personas heridas. Los sobrevivientes llamaron a emergencias. Llegaron dos ambulancias, mientras toda la escena quedaba registrada en video.

Los alumnos de la carrera de Medicina y los estudiantes de Periodismo participaron del operativo simulado. El subdirector de Emergencias del Siprosa, Juan Palavecino, coordinó la tarea de los rescatistas.

Un padre desesperado pedía a gritos por su hijo, mientras una mujer con una gran herida en la cabeza sollozaba en el piso. Hernán Martínez es alumno de primer año de Medicina y su rol fue el de rescatista. “Es una experiencia única, porque es vivir la adrenalina del momento, para el que nos venimos preparando; antes de entrar a escena se siente algo indescriptible -afirmó-; la verdad que ha sido muy bien actuado por nuestros compañeros de segundo año”, agregó.

La mayoría de los estudiantes coincidió en que el aprendizaje es fundamental en la práctica. “Por si llega a pasar algo en la calle, en la vida real, uno está preparado para actuar de inmediato -dijo Martínez-; además estuvieron muy bien los profesores guiándonos en todo, por eso es muy positivo”, agregó el estudiante que ofició de ayudante de rescatista. En medio del caos le tocó llevar la camilla para auxiliar a los “heridos”.

El escenario era desgarrador, entre los árboles y los escombros por el derrumbe. Los “heridos” esperaban una ayuda, y de fondo se oía el ulular de las sirenas.

Los equipos de rescatistas, cada uno con seis integrantes, bajaron de inmediato para empezar su trabajo. Los “heridos” eran subidos a las camillas. El experimentado Palavecino trabaja en el área de Emergentología del Siprosa. Fue la primera experiencia realizada entre el personal especializado y los estudiantes universitarios. “Fue muy bueno, porque significa ver el fruto de lo que venimos sembrando -afirmó- y vemos que las cosas que se han ido transmitiendo se han absorbido con responsabilidad y así se van preparando”, remarcó.

Palavecino insistió en que en situaciones de emergencias nunca se está al 100% listo; sin embargo, resaltó que este tipo de prácticas ayuda a achicar esa brecha y estar preparados para las situaciones reales. “Lo primero que hay que tener en cuenta es estar tranquilo, sereno, porque hay que tomar decisiones muy rápidas; lo segundo es que en una situación de catástrofe inicialmente todo representa desorden hasta que llega el equipo de rescatistas y haciendo uso de lo que es la seguridad en escena va encaminando todo hacia el rescate”, precisó.

En equipo

Más de 50 personas participaron del simulacro. Una vez finalizado el ejercicio, Palavecino tomó un micrófono y comenzó a realizar un balance de la experiencia. En ese momento, se escuchó un estruendo a pocos metros de donde estaban reunidos. En el primer instante hubo un silencio, luego dudas, porque no entendían si formaba parte del simulacro. En realidad, a un camión que circulaba por el predio se le reventó un neumático y el ruido fue impactante. Luego hubo risas por la paradoja de la situación.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios