30 Junio 2018
ARCHIVO LA GACETA
Impulsada la devaluación, la inflación de junio se ubicará, según la mayoría de los economistas, alrededor del 3% y será la más alta en lo que va del año.
La suba generalizada estuvo motorizada, también, por el aumento en las tarifas de transporte y el incremento en los combustibles que volverán a tener una suba en la primera semana de julio.
Pero lo que más impactó en la suba de la inflación ha sido, según coinciden los expertos, la disparada cambiaria que, inevitablemente, ya se trasladó a las góndolas.
De hecho, la inflación núcleo, que no toma en cuenta los servicios públicos ni productos estacionales, mostraría una aceleración hasta el 3,5%, muy superior al 2,7% del mes anterior.
Federico Furiase, socio de la consultora EcoGo, evaluó: “para junio hay tres frentes complicados que podrían llevar las inflación hasta un 3,5% o 4%, con un aumento núcleo de entre el 3,8% y el 4%. Se trata de la suba de las naftas del 5%, alzas en transporte e inflación y en alimentos hasta del 4% a partir del ‘arrastre’ que dejó mayo. Y a eso se suma la devaluación”. Esto daría una inflación interanual del 29,5%.
Para la economista Nuria Susmel, de la Fundación FIEL, si bien faltan los datos de la última semana, estimó que “la inflación estará en un rango de 3% o 3,2%”. “Buena parte del incremento de este mes tiene que ver con el dólar que se trasladó a los precios, además de transporte y combustibles”, dijo en iprofesional.com.
Por su parte Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis, se arriesgó a afirmar: “si bien típicamente el efecto de traslado a precios del dólar dura entre dos y tres meses, el hecho de que aún la moneda estadounidense no se haya estabilizado no permite saber cuándo se va a detener el la escalada. Por eso la volatilidad del tipo de cambio va a afectar el cálculo”, agregó.
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