Cómo es la conducta a la hora de tomar decisiones de inversión

Cómo es la conducta a la hora de tomar decisiones de inversión

Por lo general, los hombres optan más por realizar operaciones de corto plazo, mientras que las mujeres son más pacientes. Ellos se enfocan más hacia el sector accionario; ellas apuntas a fondos de inversión, sostienen los asesores financieros.

18 Marzo 2018

> ELLAS PREFIEREN COMPRAR Y MANTENER LOS ACTIVOS  

REGINA MARTÍNEZ RIEKES - ASESORA FINANCIERA DE OCCILIS SOLUCIONES FINANCIERAS. ECONOMISTA (UNT)- MASTER EN ECONOMÍA (UNIVERSIDAD DE SAN ADNRÉS)

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Existen diversos imaginarios populares vinculados al manejo del dinero en cuanto al género: ¿los hombres son naturalmente propensos a una mejor administración de recursos? ¿Las mujeres son realmente más dilapidarias? ¿Tiene una incumbencia el estado civil de los inversores? Según nuestra experiencia, en general existe un estereotipo, una idea generalizada de que las mujeres demostramos menos interés que los hombres en materia de inversiones e incluso estamos menos comprometidas en todo el proceso. A pesar de ello podemos afirmar que factores como el nivel educativo, franja etaria, y la posición patrimonial afectan mucho más las decisiones financieras que el género en sí mismo. En Occilis, alrededor del 40% de nuestros clientes son mujeres. Se trata, por lo general, de profesionales mayores de 30 años, con independencia económica y gran autonomía al momento de tomar las decisiones, incluso, en la mayoría de los casos, son titulares únicas de las cuentas.

Más allá de diferencias en el perfil de ingresos de sus contrapartes masculinas, las mujeres difieren en su perfil de inversión y ello tiene que ver con características propias del proceso de toma de decisiones. Las mujeres suelen ser menos propensas a asumir riesgos y, por ende, eligen opciones más conservadoras. Asimismo, prefieren inversiones a largo plazo con la característica de “comprar y mantener” (buy and hold) los activos, mientras que los hombres apuestan más al “trading”, es decir, la compra/venta de papeles en el corto plazo. Creo que ello refleja una errónea percepción de las mujeres, quienes, con independencia de los conocimientos, se consideran con menos capacidad en cuestiones financieras que los hombres, y es por ello que prefieren un mayor acompañamiento y asesoramiento, priorizando más la tranquilidad que la acumulación de riqueza.

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En el caso de los hombres, la situación es inversa, tienden a informarse más por si solos que a confiar en asesoramiento externo. Ese elevado nivel de confianza, es el que los lleva a hacer muchos más movimientos en el corto plazo (trading) que muchas veces puede generar pérdidas significativas: los hombres prefieren asumir las pérdidas y cerrar una posición, mientras que las mujeres son más pacientes y esperan más tiempo, en cierta forma sienten más “dolor” al perder dinero.

La situación más conveniente, se encuentra en el medio, balanceando estas dos posturas un tanto extremas.

Es posible afirmar que los hombres tienden a ser más –o menos- seguros e independientes en la toma de decisiones. Resultan más propensos a asumir riesgos. Las mujeres suelen confiar más en asesores externos para el acompañamiento en el proceso de toma de decisiones. Por lo general, optan por una cartera de activos de renta fija (bonos), con baja volatilidad y un porcentaje en dólares, para cubrirse de la pérdida de poder adquisitivo de nuestra moneda. Tienden a ser más disciplinadas en cuanto al uso de los fondos y a pensar más en una inversión a plazo, como un fondo destinado a su retiro o bien a los descendientes. Cabe aclarar, que existen excepciones, ya que tenemos clientas que tienen invertidos más del 50% de su cartera en activos de alta volatilidad como ser acciones y criptomonedas.

Se advierte un pronunciado cambio de hábito tanto en hombres como mujeres en el último tiempo. Se ve una gran demanda por educación financiera y la búsqueda de asesoramiento y herramientas que mejoren el proceso de toma de decisiones. De nuestra experiencia, observamos que el miedo a aventurarse en este mundo y en general a considerarlo como una “timba” financiera responde a una gran falta de conocimiento en la materia, y es por ello que le dedicamos mucho tiempo a la docencia y al acompañamiento de nuestros clientes.

El mejor servicio debe estar orientado a intereses, aspiraciones y al potencial de los clientes, asegurando transparencia y confidencialidad en el proceso de trabajo. Cada cliente es único y es por ello que resulta fundamental tomarse el tiempo adecuado para determinar el perfil de cada inversor, ofreciéndole soluciones a medida de sus necesidades, con independencia de cualquier tipo de estereotipo previo.

> ELLOS TIENEN MÁS PROPENSIÓN AL RIESGO

GABRIEL FELDMAN - DIRECTOR DE LA ESPECIALIZACIÓN EN FINANZAS FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS (UNT)

El análisis del perfil financiero de personas de ambos sexos puede hacerse desde distintos puntos de vista. Por un lado, en épocas de igualdad de género que se vive, mi impresión es que también en los aspectos vinculados al dinero se vislumbra esa paridad. Con ello no quiero decir que ambos se comporten financieramente de igual manera, solo que no considero que pueda afirmarse que uno supere al otro.

En mi experiencia como profesor universitario veo las aulas con iguales proporciones de alumnos de ambos sexos, y lo mismo ocurre en el plantel docente. El ingreso de la mujer al campo laboral, y que haya comenzado a ganar independencia económica trajo como consecuencia un cambio en los roles tradicionales del hombre proveedor y la mujer ama de casa. Hoy la mujer ya no define la riqueza que tiene a través de lo que tiene o no su marido. El número de mujeres que tienen altos ingresos se ha multiplicado en los últimos tiempos.

Los valores familiares y la enseñanza a los hijos son compartidas por ambos, y me refiero en este caso a las enseñanzas en temas vinculados a aspectos financieros. Ya sea en una simple compra conveniente en el supermercado, o al poner un negocio o hacer una inversión. En general, los hijos aprenden de lo que ven, y si bien tarde o temprano desenvolverán sus propias preferencias, la vivencia inicial es importante.

Por supuesto que las habilidades y conocimientos financieros de cada una de las personas condicionan el tipo de decisión. Todos deberían hacer el esfuerzo por conocer lo básico para aumentar su confianza respecto de temas económicos. Lo importante no es solo cuánto dinero ganas sino cuánto dinero conservas, y para ello contar con la capacitación apropiada es fundamental. Respecto de la creencia popular que cataloga a las mujeres como dilapidarias, diría que los estudios muestran que tanto hombres como mujeres son derrochadores en la misma medida; la diferencia es que a los hombres los llaman coleccionistas.

En los temas relacionados a cuestiones financieras la palabra riesgo está siempre presente, y las inversiones de mayores beneficios normalmente estarán acompañadas por un nivel de riesgo superior. En tal sentido mi recomendación, y en esto no hago distinción de hombres y mujeres, es siempre invertir con ayuda de las grandes empresas dedicadas al asesoramiento y gestión de fondos. No hay que asumir riesgos innecesarios, ya que está en juego los ahorros acumulados a duras penas. Ellos consultarán al interesado respecto de su apetito (o por el contrario, aversión) al riesgo y consecuentemente recomendarán con buen criterio. En este aspecto, la mayoría de los asesores bursátiles coinciden en que la forma de operar difiere acorde al sexo. La mujer es más paciente y efectúa menos modificaciones en la composición de su cartera de activos. Por el contrario, el hombre es más impulsivo, a veces incluso tomando decisiones equivocadas por ello. En realidad quizás sea consecuencia de la actitud más conservadora (o más adversa al riesgo) del sector femenino.

También podría analizarse si el perfil de productos financieros elegidos difiere según el género. En tal sentido se pensaría en los productos más sofisticados como portadores de mayores niveles de riesgo y rendimiento, y los productos más sencillos como más conservadores. En términos bursátiles: un hombre más probablemente se enfoque al sector accionario, y la mujer a una estrategia de fondos de inversión, aunque actualmente hay productos financieros “de moda” que concentran la atracción. En definitiva, solo perfiles diferentes, no es que uno conforme un portafolio más inteligente que el otro.

Si bien tradicionalmente se conceptúa al hombre como más propenso al riesgo, la recomendación en todos los casos es invertir siempre en productos que se comprendan, con personas que se conozca y confíe. En el entorno familiar, cada persona conoce la relación de su pareja con el dinero y, por lo tanto, en cada familia hay un acuerdo implícito respecto a los roles en el manejo financiero de la economía familiar. En cuestiones financieras, una pequeña inversión y una de mayor envergadura llevan iguales procedimientos de decisión y análisis, por lo que pensar en grande y vivir intensamente es válido para todos.

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