01 Agosto 2017
La Nouvelle Vague -la nueva ola que revolucionó el cine francés en la década del 50- tuvo una musa indiscutida. Fue Jeanne Moreau, la actriz de voz grave y belleza diferente a la que Orson Welles llegó a considerar la mejor del mundo. Moreau fascinó a cineastas de todas las procedencias: a los franceses, desde Louis Malle a François Truffaut, pasando por Bertrand Blier; y a los foráneos, como Elia Kazan, Michelangelo Antonioni, Peter Brook, Werner W. Fassbinder y Wim Wenders. Participante en más de 120 películas a lo largo de 50 años de carrera, falleció ayer en su domicilio de París a los 89 años.
¿Películas imprescindibles de Moreau? Se cuentan por decenas: “Ascensor para el cadalso”, “Los amantes”, “Los cuatrocientos golpes”, “Jules y Jim”, “La noche”, “Eva”, “El proceso”, “La novia vestía de negro”, “Diario de una camarera” y “Las cosas por su nombre”. Se dedicó también a la dirección. La definió a la perfección el director Joseph Losey: “su versatilidad era milagrosa”.
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