Otro crimen conmocionó a Villa Mariano Moreno

Otro crimen conmocionó a Villa Mariano Moreno

Un joven que habría sido herido cuando intentaba robar en una casa, se transformó en la tercera víctima en menos de 72 horas.

SU FAMILIA. La abuela y el hermano del muchacho asesinado. “A veces robaba para comprar droga”, señalaron. la gaceta / foto de Analía Jaramillo SU FAMILIA. La abuela y el hermano del muchacho asesinado. “A veces robaba para comprar droga”, señalaron. la gaceta / foto de Analía Jaramillo
19 Noviembre 2016

“Huguito no era malo, a veces robaba algo para comprar droga pero ni siquiera era violento”, aseguraban ayer los familiares de Hugo Daniel Balborín, el joven de 19 años que fue asesinado durante la madrugada. En un principio se pensó que el joven podría haber sido asesinado por un ajuste de cuentas, pero con el correr de los investigadores reunieron indicidios que les permite pensar que podría haber sido asesinado por una víctima a la que intentó hurtar.

Otra vez Villa Mariano Moreno fue escenario de un crimen. En poco más de 48 murieron el policía Leandro Matías Meyer -herido cuando intentaron robarle la moto-, Hugo Cáceres -habría sido uno de los integrantes del grupo que quiso robarle la moto al policía - y Balvorín. Los tres eran muy jóvenes, tenían menos de 30 años. A los tres les quitaron la vida con armas de fuego. Los tres fueron protagonistas de hechos de inseguridad que se cometieron a pocas cuadras de diferencia.

La última víctima, según confiaron fuentes policiales, minutos antes de perder la vida, se presentó en una remisería de la zona para intentar vender una herramienta. Los choferes del lugar le dijeron que no y el se marchó junto a otra persona. Minutos después, volvió a ese lugar herido mortalmente.

De acuerdo a la versión que aportó el acompañante de Balvorín -que sería menor de edad- habrían intentado ingresar a una casa de la zona y desde adentro, le habrían disparado. Hasta el cierre de esta edición, los integrantes de la División Homicidios, al mando de Hugo Cabezas y Sergio Juárez, trataban de encontrar pruebas que sustentaran esta versión.

Sin precisiones


Los parientes de “Huguito” esperaban que llegaran con el cuerpo para comenzar a velarlo, ayer al mediodía, en su casa de la calle 7 de Villa Mariano Moreno. Todavía no tenían claro lo que había pasado.

“A las 5 de la mañana me vino a despertar mi hijo para decirme que le habían pegado un tiro a mi nieto”, dijo María del Carmen Salazar, la abuela de la víctima. Según sus palabras, “Huguito” se había acercado a la remisería del barrio, donde suelen estar reunidos los choferes, para pedir auxilio. Como tenía un tiro en el pecho y la herida parecía grave, los remiseros fueron a buscar al padre del joven, que vive a pocos metros.

Minutos después, “Huguito” ya estaba en el CAPS de Villa Mariano Moreno, pero no había nada para hacer: había llegado sin vida. Fue entonces cuando su abuela recibió la triste noticia y todos se levantaron alarmados en la casa.

“A nosotros nos dijeron que se había ido a comprar droga a Los Pocitos y creemos que ahí lo pueden haber matado”, estimó Verónica Castillo, prima de la víctima. Ambas mujeres, en una charla con LA GACETA aseguraron que “Huguito” estaba amenazado. “Uno que vive acá a la vuelta le dijo que lo iba a matar porque mi nieto le había robado dos sillas”, recordó Salazar. “Lo que pasa es que a veces él salía a robar para comprar ‘papelitos’ (pasta base), pero no era violento ni andaba con armas, era incapaz de matar a alguien. ¿Sabe qué robaba él? Un kilo de azúcar, una lapicera, cosas chicas que podía vender para ir a comprar droga. Lamentablemente la droga los lleva por mal camino a los chicos”, agregó Castillo.

Hasta hace dos años “Huguito” iba a la escuela. Su abuela contó que una vez, con mucho esfuerzo, su madre pudo comprarle un par de zapatillas de marca. “Ahí en la escuela le robaron las zapatillas, él se puso muy mal y no quiso volver más”, relató Salazar.

El abandono de la escuela coincidió con el comienzo de su adicción. “Huguito” consumía pasta base y, cuando se le acababa, se fumaba un cigarrillo de marihuana. Y uno de sus hermanos menores lo imitó.

“Yo también consumo, pero quiero salir, a mí sí me gustaría que me ayuden”, dijo el adolescente de 16 años, que también abandonó la escuela el mismo año que “Huguito”.

“Tengo miedo de que me pase lo mismo que a mi hermano. Acá en el barrio hay mucha droga y la consumimos desde chicos”, agregó el joven, casi en un pedido desesperado de ayuda.

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