Objetos e instalaciones en la selva

Objetos e instalaciones en la selva

Una residencia de cuatro días, con 17 artistas, se realizó en una gran mansión de estilo normando.

 -GEOMETRÍA. La instalación de Alejandra Galván provoca una ruptura en la húmeda naturaleza. LA GACETA / FOTOS DE JORGE FIGUEROA. -GEOMETRÍA. La instalación de Alejandra Galván provoca una ruptura en la húmeda naturaleza. LA GACETA / FOTOS DE JORGE FIGUEROA.

No fue en la imponente mansión normanda de principios del siglo XX que parece dominar el valle desde Villa Nougués. Todo pasó a pocos metros, en los alrededores de la propiedad, en los senderos con pronunciados desniveles creados por los hombres y por los animales.

Allí se realizó la Residencia Las Yungas, organizada por Yungas Arte Contemporáneo, que es dirigido por Raúl Flores y Piero Sogno. Durante cuatro días, 17 artistas del NOA (seleccionados por Pío Fagalde, Marta Salina y Gustavo Nieto) intervinieron la selva en medio de la lluvia, y el domingo lo presentaron ante el público.

Por donde se lo mire, exhibieron no solo obras, sino una experiencia artística, que se puyede sintetizar en tres puntos. 1-Trabajaron desde la no comodidad, en la misma selva, tupida, húmeda, resbaladiza y accidentada. 2- Algunas obras se retiraron y otras quedaron en esa especie de laberinto de sendas, para que las absorba la propia naturaleza. 3- Un grupo de artistas realizó sus objetos involucrados en la maleza y pequeños árboles: Sol Rodríguez Díaz, por ejemplo, construyó en la corteza de los troncos verdaderos sonidos, incorporando tensadas cuerdas, como si se tratara de un instrumento musical; Elina Bustamante (La Rioja) confeccionó una manta con pequeñas cerámicas, y durante algunas horas pasó la noche tapada en la intemperie; otros, directamente ubicaron obras al costado del camino y plantearon instalaciones con madera y metal, en la que resaltaban las piezas geométricas; y Alejandra Galván, por caso, plantó dos estructuras, azul y rosa, en medio del monte con una vara que dividía ambos bloques.



Los seleccionados para esta experiencia fueron Jesús Rodríguez, Esteban Páez, Candelaria Traverso, Guillermo Córdoba, Pablo Javier Martínez, Sofía Noble, Ángeles Luna, Bustamante, Paula Rojas, Belén Nieva, Rodríguez Díaz, Zahía Caram, Leandro Rodríguez Varela, Dimas Melfi, Samuel Paiva, Galván y Miguel Ángel Vallejo.

En la residencia se ingresa con un proyecto, pero diariamente se debate colectivamente. Allí reside el valor de estas experiencias: poner a discusión el trabajo individual.

Un recorrido

Cuando se iniciaba el recorrido un reconocido hilo rojo (el de Ariadna, aquel que menciona el mito del laberinto de Teseo), indicaba una posible trayectoria por las distintas intervenciones y objetos: Rojas linkeaba no solo con la filosofía, sino también con la necesidad vital de no perderse, y de guiar al espectador entre mojones artísticos. A pocos metros, el público se encontraba con un altar y con ofrendas a modo de un antiguo ritual aymará, según contó Traverso (artista de Jujuy): se trataba de una verdadera instalación que obligaba a detenerse para su contemplación.

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La tucumana Caram ubicó en algunos árboles unas piezas de cerámica que simulaban ser líquenes u hongos, con los que se incorporaba en la propia naturaleza. Y Rodríguez Varela construyó una barra de hierro pintada de rojo (color complementario del verde dominante en las yungas).

Tendencias

Una estructura de claro estilo constructivista se alzó en medio del bosque; sus formas no eran fácilmente distinguibles, porque estaban construidas con ramas secas y duras, pero además se fundían entre los árboles.

Esta escultura de la riojana Luna, fuertemente geométrica, tal vez sea, junto con la obra de Galván, las que más lejos avanzan en la tendencia formalista, aunque la primera de ellas se fusione con el mismo hábitat, y la segunda, a su modo, resista a incorporarse a la selva y a adaptarse a su entorno.

Otro punto de atención en el recorrido fue cuando en una zona podían advertirse una decena de camisas leñadoras (mayoritariamente) colgadas en los árboles, pero atentamente planchadas y listas para ser usadas, que fue la producción realizada por Vallejo.

Nieva, por su parte, exhibió un trabajo con una cámara estenopeica que atrapó entre las ramas para registrar una solarigrafía, que es la imagen que registra el movimiento del sol por el cielo (para conseguir este resultado la fotografía ha de estar expuesta durante días o incluso hasta meses).

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