Primer torneo en casa para Arruabarrena

Primer torneo en casa para Arruabarrena

El DT “del riñón” de Boca, cortó la sequía de títulos y festejó como cuando era futbolista.

CAUDILLO. Como jugador, el “Vasco” fue un líder en la defensa del “xeneize”. FOTO DE listas.20minutos.es (ARCHIVO) CAUDILLO. Como jugador, el “Vasco” fue un líder en la defensa del “xeneize”. FOTO DE listas.20minutos.es (ARCHIVO)
Aquella coreografía de boca abierta y puños cerrados moviéndose bruscamente al unísono que supo caracterizar en los festejos de sus goles (los más recordados fueron los dos a Palmeiras en la ida de la final de la Libertadores 2000) pudo volver a verse 15 años después. Rodolfo Arruabarrena no solo la volvió a poner en práctica en cada uno de los goles que construyeron el campeonato de Boca, sino también ayer cuando Federico Beligoy marcó el final del partido y, por ende, el primer título como entrenador para él..

El logro personal llega cinco años después de colgar los botines y ponerse el buzo de DT (ambas cosas sucedieron en 2010) pero no se desesperó, algo diferente de lo que sucedía en el club donde se formó, debutó y se consagró cuando llegó, en agosto de 2014.

Carlos Bianchi acababa de terminar un segundo ciclo nefasto en el que fue despedido, después de haberse consagrado (en el primero) como el técnico más exitoso de la historia “xeneize”. Rodeados de equipos con técnicos primerizos y exitosos, la palabra “juventud” era de las primeras que se veía en las carpetas de los dirigentes a la hora de reemplazar al “Virrey”.

Por supuesto que también tenía que cumplir el requisito básico para el momento de desconcierto que tenía Boca: haber jugado y triunfado en el club. El “Vasco” cumplía con ambos y a fines de agosto fue presentado como el sucesor de aquel hombre que lo había dirigido por más de dos años. También estaba signado como el hombre que debía llevar a Boca a ganar un título luego de tres años de sequía, menos de los que él llevaba dirigiendo pero conociendo al hincha azul y oro, entendió la ansiedad.

El mérito de Arruabarrena en este torneo fue saber levantar al equipo de sus propios fracasos. El objetivo en 2015 era la Libertadores pero tras perderla de la manera en la que la perdió, reagrupó a los suyos y los llevó hasta el título.

Supo lidiar con un plantel largo y pese a las estruendosas llegadas de Daniel Osvaldo y Carlos Tevez, no tuvo problemas de vestuario ni egos. No será el Boca más recordado por su juego pero sí por el logro: tuvo la regularidad necesaria para conducir a un equipo a ganar el primer torneo de 30 equipos.

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