10 Junio 2015
Sin la obligación de coronar pero tampoco sin la voluntad de pedir clemencia, Ecuador dispone de una buena materia prima capaz de autorizarla a llegar lejos en el grupo A y por qué no en la Copa América. En ese espaldarazo confía el entrenador argentino Gustavo Quinteros, convocado para tomar las cosas donde las había dejado Reinaldo Rueda, de destacada prestación al mando del plantel pero desgastado, entre otras razones, por no haber podido liderar un gran Mundial 2014.
En Brasil el representativo ecuatoriano había cosechado una descontada victoria con Honduras y un empate con Francia que al cabo careció de valor, habida cuenta del desafortunado debut con Suiza, que en una pulseada de adversarios directos amén de quedarse con los tres puntos se llevó el ticket a octavos. Lo cierto es que la renovación buscada con la llegada de Quinteros se perfila para expresarse en clave positiva, sea por la disposición general del equipo, sea por el enorme desafío de modelar una mentalidad ganadora más acorde con el potencial en danza.
Quinteros se hizo notar al frente de Emelec y se reveló como un conductor de los que sin desdeñar la fragua táctica, ni mucho menos, ponen un especial énfasis en convencer a sus dirigidos de que tienen con qué superar sus propios límites.
Inspirado en ese plan irá Ecuador a Chile, ajeno a las grandes marquesinas, tal vez un ingrediente liberador, pero esperanzado de terminar la competencia por encima del cuarto puesto que ha constituido su tope en las ediciones de 1959 y 1993, las dos jugadas en su casa. Es cierto que no contará con una de sus principales figuras, tal es el delantero Felipe Caicedo, víctima de una lesión en la espalda y otra en un isquiotibial, pero no menos cierto se revela que tienen magníficos jugadores en todas las líneas.
Por caso, en la defensa tiene a Franklin Erazo (Gremio), Juan Carlos Paredes (Watford) y el veterano Walter Ayoví (Pachuca): y en el medio a Christian Noboa (Paok de Grecia) y el notable Antonio Valencia, de Manchester United. Y en el ataque constan dos rapiditos, Miler Bolaños (Emelec) y Enner Valencia (West Ham United).
Ecuador debutará mañana con Chile en Santiago; el lunes 15 se medirá con Bolivia en Valparaíso y cerrará el viernes 19 con México en Rancagua. (Télam)
En Brasil el representativo ecuatoriano había cosechado una descontada victoria con Honduras y un empate con Francia que al cabo careció de valor, habida cuenta del desafortunado debut con Suiza, que en una pulseada de adversarios directos amén de quedarse con los tres puntos se llevó el ticket a octavos. Lo cierto es que la renovación buscada con la llegada de Quinteros se perfila para expresarse en clave positiva, sea por la disposición general del equipo, sea por el enorme desafío de modelar una mentalidad ganadora más acorde con el potencial en danza.
Quinteros se hizo notar al frente de Emelec y se reveló como un conductor de los que sin desdeñar la fragua táctica, ni mucho menos, ponen un especial énfasis en convencer a sus dirigidos de que tienen con qué superar sus propios límites.
Inspirado en ese plan irá Ecuador a Chile, ajeno a las grandes marquesinas, tal vez un ingrediente liberador, pero esperanzado de terminar la competencia por encima del cuarto puesto que ha constituido su tope en las ediciones de 1959 y 1993, las dos jugadas en su casa. Es cierto que no contará con una de sus principales figuras, tal es el delantero Felipe Caicedo, víctima de una lesión en la espalda y otra en un isquiotibial, pero no menos cierto se revela que tienen magníficos jugadores en todas las líneas.
Por caso, en la defensa tiene a Franklin Erazo (Gremio), Juan Carlos Paredes (Watford) y el veterano Walter Ayoví (Pachuca): y en el medio a Christian Noboa (Paok de Grecia) y el notable Antonio Valencia, de Manchester United. Y en el ataque constan dos rapiditos, Miler Bolaños (Emelec) y Enner Valencia (West Ham United).
Ecuador debutará mañana con Chile en Santiago; el lunes 15 se medirá con Bolivia en Valparaíso y cerrará el viernes 19 con México en Rancagua. (Télam)
Lo más popular
