El PJ y la UCR chocan por un cierre

El PJ y la UCR chocan por un cierre

La clausura de la muestra “El enmascarado no se rinde” planteó una discusión con distintas aristas. El juicio crítico de LA GACETA impactó en la sociedad de 1986

El PJ y la UCR chocan por un cierre
Una decisión de un funcionario del ala política del gobierno rierista detonó una polémica de alto voltaje político en los últimos días de mayo del 86. La madeja se terminó de desovillar en junio, un mes que fue emblemático por la proliferación de choques entre peronistas y radicales.

La CGT ubaldinista y la Iglesia discrepaban abiertamente con la administración alfonsinista. El problema azucarero encrespaba aún más el panorama social.

En ese contexto, el 24 de mayo de 1986 se inauguró la nuestra de pinturas denomi nada El enmascarado no se rinde, del plástico Sergio Tomatis, en la Casa Municipal de la Cultura. Lo presentó el poeta Ricardo Gandolfo. Llamativamente se hablaba de un espacio reservado para mayores de 18 años.

Voz de alerta
En la edición del 28 de mayo, LA GACETA publicó una foto noticia que tituló Una muestra vergonzosa. El texto advertía que se trataba de una exposición realmente pornográfica de mal gusto.

Puntualizaba que los niños podían acceder también a los espacios reservados para los mayores. La interpretación del diario encendió una voz de alerta en la sociedad.

Del lado político, la primera reacción procedió del Ejecutivo, que vio oportuno castigar a la UCR en un flanco sensible. Así, el viernes 29, la Policía clausuró la muestra por orden del secretario de Gobierno, Dermidio Juez Pérez. Se argumentó que era deber del Estado resguardar la moralidad y las buenas costumbres A la vez, dio intervención al juez correccional Hugo Ruiz Paz. Según Juez Pérez, no se incurrió en un acto de censura, ya que la muestra de Tomatis excedió largamente lo razonable. También pontificó: Nada es ilimitado, ni siquiera el arte.

Razones de la UCR
El intendente de la capital, Rubén Chebaia, contraatacó, en defensa del acto cultural auspiciado por la municipalidad. Le reclamó al gobernador Fernando Riera el cese de la violación del orden constitucional y acusó a Juez Pérez de haberse arrogado atribuciones que no le son propias.

En una nota dirigida al juez Ruiz Paz, Chebaia argumentó que sólo el jefe de Policía podía aplicar sanciones por la ley de Contravenciones. Además, puso en antecedentes del caso al ministro del Interior, Antonio Tróccoli. Simultáneamente, en la Cámara de Diputados ocho radicales pidieron la interpelación del ministro político Miguel Ángel Torres, arguyendo que se avasalló la autonomía municipal.

Ante la ausencia de Riera, José Domato, a cargo del Ejecutivo, negó la violación del orden constitucional e insistió en que Juez Pérez actuó para asegurar la efectiva protección de la moral pública.

Paralelamente, se publicaron solicitadas de ciudadanos respaldando la acción del funcionario. En tanto, el arzobispo de Tucumán, monseñor Horacio Bózzoli, calificó de acertada medida a la del secretario de Gobierno.

En los recintos
Torres y Juez Pérez asistieron a la sesión de Diputados. La interpelación transcurrió en un clima de agitación. Tras la exhibición de diapositivas referidas a la muestra, Alfredo Terraf (UCR) enfatizó que el gobierno de Riera había premiado a Tomatis. Faltó coherencia, dijo. Gritos de Viva la Biblia y Viva Cristo se escucharon . Torres se responsabilizó ante la eventual comisión de un delito, mientras que Juez Rérez remarcó que era una exhibición obscena, Por 18 a 10, Diputados aprobó el informe de los funcionarios, el 5 de junio.

En el Concejo Deliberante, el intento de interpelar a Chebaia acabó con un escándalo. La sesión se levantó el 7 de junio en medio de acaloradas discusiones. Días antes, los ediles de la UCR avalaron al intendente, en una sesión anterior. El PJ y la UCR siguieron en pie de guerra.

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