31 Marzo 2014
COMO UN MONSTRUO. Ramiro Funes Mori festeja a lo loco el tanto que marcó de cabeza casi al final del encuentro. telam
BUENOS AIRES (Por Marcelo Androetto, especial para LG Deportiva).- Vilipendiado si los hay, el apellido Funes Mori recibe la mofa de unos y otros. Pero quizá haya que hacerle justicia: el delantero, Rogelio Gabriel, se erraba goles imposibles. Ayer fue la hora de su hermano gemelo, Ramiro José, el defensor central devenido en marcador lateral por obra y gracia de la necesidad, suplente de suplente según Ramón Díaz, porque cuando lo suspendieron a Leonel Vangioni su primera opción fue Osmar Ferreyra. Para viajar a la Boca, el entrenador prefirió no seguir improvisando y eligió a él.
El “Melli” cumplió un correcto desempeño y cuando expiraba el partido saltó más alto y se anticipó a todos -incluido el habitualmente seguro Agustín Orión- para cabecear al gol el lanzamiento desde el esquina de Manuel Lanzini. Su festejo no se olvidará: se sacó la camiseta, se tiró haciendo “avioncito” sobre el barro de La Bombonera y apenas sus compañeros le permitieron levantarse siguió celebrando llevando su dedo pulgar a la boca, un “chupete” dedicado a su novia, que está embarazada. Mejor, imposible: su debut en la red en Primera sirvió para que River cortara una década sin victorias en casa del acérrimo rival.
“Este grupo tiene unos ahí abajo... Estoy contento por el grupo. Dio todo. El partido fue intenso. Tuvimos situaciones y metimos las que tuvimos. Lo que más quería era ganarle a Boca. Se dio el gol. Estoy muy contento”, expresó feliz de la vida.
No es para menos: el antihéroe se había convertido en héroe y tiró una frase que será inolvidable: “Fue un sueño hacer un gol en medio de un silencio tremendo”.
El “Melli” cumplió un correcto desempeño y cuando expiraba el partido saltó más alto y se anticipó a todos -incluido el habitualmente seguro Agustín Orión- para cabecear al gol el lanzamiento desde el esquina de Manuel Lanzini. Su festejo no se olvidará: se sacó la camiseta, se tiró haciendo “avioncito” sobre el barro de La Bombonera y apenas sus compañeros le permitieron levantarse siguió celebrando llevando su dedo pulgar a la boca, un “chupete” dedicado a su novia, que está embarazada. Mejor, imposible: su debut en la red en Primera sirvió para que River cortara una década sin victorias en casa del acérrimo rival.
“Este grupo tiene unos ahí abajo... Estoy contento por el grupo. Dio todo. El partido fue intenso. Tuvimos situaciones y metimos las que tuvimos. Lo que más quería era ganarle a Boca. Se dio el gol. Estoy muy contento”, expresó feliz de la vida.
No es para menos: el antihéroe se había convertido en héroe y tiró una frase que será inolvidable: “Fue un sueño hacer un gol en medio de un silencio tremendo”.
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