Atlético jugó mal y perdió en San Juan

Atlético jugó mal y perdió en San Juan

El viajar no es un placer para los "Decanos", que coronaron una travesía para el olvido.

DESCONOCIDO. Nicolás Romat no aportó marca ni fue la salida que el “decano” necesitaba en San Juan. DESCONOCIDO. Nicolás Romat no aportó marca ni fue la salida que el “decano” necesitaba en San Juan.
Tibio. Así supo el sorbo que probaron los que vieron al Atlético que se presentó en San Juan, ante San Martín y cayó por 1 a 0.

Luego de una buen partido ante Gimnasia de Jujuy, el equipo de Diego Erroz no pudo repetir nada de lo que había plasmado allí: presión, tenencia, dinámica, protagonismo. Nada de eso. Un equipo que esperaba, que corría por detrás, lento y que asumió un rol secundario. Los roles se invirtieron tanto que un equipo que navega en la mediocridad de la mitad de tabla hacia abajo como el “santo” sanjuanino se sintió Banfield ante un equipo desconocido.

En el primer tiempo, Cristian Lucchetti asistió a un verdadero festival de situaciones de gol del local: desde la izquierda, la derecha, el centro, de cerca, de lejos, el “verdinegro” probaba de todos lados. Al menos, en esa primera etapa, Atlético le cobraba un pequeño precio: salía de contra y tuvo una que otra chance frente a Luis Ardente, el arquero del conjunto sanjuanino.

Pero en la segunda etapa, nada. Parece increíble pero luego de un partido que parecía irrepetible como ante Ferro a principios de temporada (lo recibirá el viernes tras cumplirse una rueda) en el que ninguna de las líneas pudo andar bien, se repitió. Los laterales se mostraron inseguros, Matías Carabajal no pudo con los rápidos volantes y arriba ni Luis Rodríguez ni Gonzalo Ontivero fueron un factor importante. Quizás este fue diferente porque Lucchetti y Diego Barrado sacaron la cara por el equipo y no desentonaron.

A pesar de todo esto, la diferencia fue mínima e incluso pudo haber sido al revés: el 64 fue el minuto fatídico del partido ya que primero César Montiglio se perdió un gol hecho bajo el arco tras un buscapié de Gonzalo Bazán y en la contra, lo liquidó Leandro González, la figura local.

Tan fatídico que terminó por destruir el endeble castillo de naipes que había construido Atlético, coronando un viaje nefasto que debe olvidar rápidamente.

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