Cáceres quedó partido al medio

Cáceres quedó partido al medio

El defensor quedó feliz por el gol pero con bronca por el empate.

ADENTRO. Cáceres ya peinó la pelota que caerá en el segundo palo del arquero Rébora. El defensor volvió a marcar un gol. ADENTRO. Cáceres ya peinó la pelota que caerá en el segundo palo del arquero Rébora. El defensor volvió a marcar un gol.
09 Febrero 2014
Sale del vestuario con dos caras Gonzalo Cáceres. Está feliz, porque como en el último clásico volvió a meterla de cabeza. Pero también es pura bronca, como todo San Martín. “En lo personal sirve”, dice el santiagueño. Aunque en realidad no se corta solo. “Pero sirve poco porque aquí nosotros vemos lo colectivo, y si no funciona el equipo...”. Con el suspenso “Gonza” deja en claro que cambiaba su gol por un triunfo.

“Teníamos que haber ganado. Y nos vamos con un sabor amargo porque al partido lo teníamos controlado. Había que sacar la pelota y nada más”, opina. El error en la salida, que derivó en el tiro libre de gol de Juventud Unida, se le viene a la cabeza a Cáceres. ¿Peligra la clasificación ahora? “Faltan cuatro partidos. Hay que mejorar, nadie nos regala nada. Hay que seguir luchando y por sobre todo: hay que tener fe”, asegura el defensor, que jamás rifará confianza que le tiene al equipo. Ni con un empate doloroso.

Encima el calendario manda viajar a Misiones para vérselas con el líder Guaraní. “Habrá que ir a copar la parada. Salir a ganar. No queda otra. Nosotros no debemos permitir que los de atrás nos superen y que los de adelante se escapen”, avisa. Sumar de a tres en tierra ajena será vital para que este empate no tenga consecuencias catastróficas en el futuro.

Para eso Cáceres insiste que el equipo debe seguir corrigiendo errores. ¿Cuáles? “Sacar la pelota cuando queman las papas”, repite, otra vez con la jugada maldita en la cabeza. Pero no por eso Cáceres mata a “Maxi” Martínez, el pibe que había hecho un buen partido hasta que prefirió salir jugando y no revolearla. Ese error derivó en un foul al que el rival le sacó el jugo (marcó el empate nada menos). “’Maxi’ es un chico joven que todavía tiene que seguir aprendiendo. Y lo bancamos a muerte. Él aún no dijo nada pero en la semana hablaremos. Yo igual le dije que no se caiga”, devela el hombre esas charlas de vestuario.

A seguirla remando, pide el santiagueño. Ya sueña con ese día que su gol sirva para llevarse lo tres puntos y no sólo acrecentar su estadística. La felicidad del equipo es su meta y para eso promete seguir trabajando.

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