A pesar del poema, en estos balcones todavía no hay flores

A pesar del poema, en estos balcones todavía no hay flores

A pesar del poema, en estos balcones todavía no hay flores
17 Noviembre 2013
En la esquina porteña de Corrientes y Pueyrredón no hay ninguna flor, tal como escribió Baldomero Fernández Moreno. El poeta nació el 15 de noviembre de 1886 y murió en 1950, en Buenos Aires. Hijo de comerciantes españoles, pasó su infancia en Santander. Pero fue en Chascomús donde ejerció al mismo tiempo la medicina y la poesía, la que se vio plasmada en seis libros de poemas. Cultivó una lírica llana y realista que se denominó sencillismo. Una versión dice que para escribir "Setenta balcones y ninguna flor" se inspiró en este edificio del barrio de Once. Obra de estilo academicista de los arquitectos G. Mallet y J. Durant, data de 1908 y tiene varios pisos que rematan en una mansarda. La fachada -de piedra París- fue restaurada en 2011 y por eso ya no está ennegrecida por el hollín como en tiempos de Baldomero. Otra versión señala que el mismo poeta desmintió que el edificio lo haya inspirado y que, él como muchos noctámbulos, era habitué del bar que había en esa esquina, "El Paulista", un reducto de la bohemia de Balvanera que estaba abierto las 24 horas.

Setenta balcones y ninguna flor

Setenta balcones hay en esta casa,

setenta balcones y ninguna flor.

¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa?

¿Odian el perfume, odian el color?

La piedra desnuda de tristeza

¡dan una tristeza los negros balcones!

¿No hay en esta casa una niña novia?

¿No hay algún poeta lleno de ilusiones?

¿Ninguno desea ver tras los cristales

una diminuta copia de jardín?

¿En la piedra blanca trepar los rosales,

en los hierros negros abrirse un jazmín?

Si no aman las plantas no amarán el ave,

no sabrán de música, de rimas, de amor.

Nunca se oirá un beso, jamás se oirá una clave...

¡Setenta balcones y ninguna flor!

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