Si estacionás en lugares prohibidos, tu moto puede ser una de las 30 que secuestran por día

Un minuto bastó para registrar en el microcentro tucumano una serie de infracciones cometidas por motociclistas. En esos 60 segundos, uno de ellos cruzó con el semáforo en rojo, una familia (dos niños y dos mayores) pasó a bordo de un solo rodado sin ningún tipo de protección, unas seis motos estaban mal estacionadas y fueron escasos los que circulaban con casco; apenas un par en esa fracción de tiempo.

Aunque en el ranking de faltas los motociclistas y los automovilistas cometen casi la misma cantidad de infracciones, los primeros son las que incurren con frecuencia en la más común: estacionar en lugares prohibidos, según datos de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. Carlos Soto, director de Tránsito, informó que se secuestran por día entre 25 y 35 motocicletas. En su mayoría, son trasladas al corralón porque sus dueños las estacionaron en lugares donde está prohibido hacerlo: veredas, calles peatonales, entradas de garages, escaleras, rampas para discapacitados o sendas peatonales. "Esto sucede a pesar de que en el centro hay varios lugares públicos y gratuitos donde se puede estacionar, como los pasajes 2 de Abril y Padilla, entre otros. También se aprovechan de esos lugares, y no dejan ni un espacio libre. Es decir, superan lo permitido", explicó el funcionario. Por este motivo, en las playas de estacionamiento, donde la hora cuesta desde $3 a $5, el número de vehículos ha disminuido cerca de un 30%, según estiman los empleados y encargados de estos negocios. "También notamos que se usan menos cascos. Aunque lo que más preocupa es la falta de patente de las motocicletas. Eso nos afecta, porque es difícil identificarlas", indicó Juan Cruz, encargado de un estacionamiento de Mendoza al 800. Mientras que Marcos L., un empleado de otro comercio del mismo rubro, aseguró que llegó a ver patentes mellizas. Maximiliano Silvetti, un amante de las motocicletas que asegura que nunca recibió una multa, se pregunta a diario qué les cuesta a sus pares ponerse el casco o respetar las normas. "Hay mucha imprudencia", aseguró el joven de 21 años. En contrapartida, Andrés Ovejero reconoció que ya le han labrado más de un acta de infracción por no usar casco. "En el verano se pone feo", se excusó el "trapito" de motos, que por su trabajo recibe "a voluntad" cerca de $2 de parte de cada motociclista que estaciona en una calle céntrica. "Hay veces en las que no te conviene volver a buscar las motos que te secuestraron. A un sobrino mío, por no usar casco, por ser menor de edad y por circular sin espejo, le devolvían la moto si pagaba $2.500. Ahí quedó", recordó Ovejero. Desde el municipio aseguraron que es común que sus dueños no vuelvan por sus rodados. De hecho, el corralón municipal está repleto de motocicletas y cada dos años se hacen remates públicos.

"Se recomienda que también se acerquen al corralón aquellos propietarios a los que en algún momento les robaron sus motos, porque puede estar ahí desde hace meses", recomendó Marcos Alzabé, presidente del Tribunal de Faltas Municipal. El funcionario explicó que son muchos los casos en los que no se presentan a declarar a su repartición porque les sustrajeron vehículos robados. Por otra parte, Alzabé indicó que la Ley Nacional de Tránsito establece el valor de la multa y que ésta se determina en unidades fijas denominadas UF. Cada una de las cuales equivale al precio de venta al público de un litro de nafta especial (alrededor de $9). Por estacionar mal, un motociclista puede ser sancionado con una multa que va de $60 a $300.