El número dos del Vaticano se siente víctima de "cuervos y víboras"

El número dos del Vaticano se siente víctima de "cuervos y víboras"

El desplazado Tarcisio Bertone, dijo que el balance de sus años como secretario de Estado de la Iglesia es positivo, pero lamentó lo que consideró falsas acusaciones.

EN RETIRADA. El cardenal Bertone fue la mano derecha de Ratzinger desde 1986, y secretario de Estado del Vaticano desde 2006. REUTERS EN RETIRADA. El cardenal Bertone fue la mano derecha de Ratzinger desde 1986, y secretario de Estado del Vaticano desde 2006. REUTERS
02 Septiembre 2013
VATICANO.- El aún Secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, que dejará su cargo en octubre, consideró "positivo" el balance de los siete años en este cargo a pesar de "las acusaciones" vertidas contra él por "una red de cuervos y de víboras".

La prensa italiana recoge hoy estas declaraciones que Bertone realizó ayer a la salida de una ceremonia religiosa en Siracusa, en la isla italiana de Sicilia, después de que el sábado el Papa Francisco decidiese sustituirle por el actual nuncio de Venezuela, el italiano Pietro Parolin.

"El balance de estos años yo lo veo positivo. Naturalmente han surgido muchos problemas, especialmente en los últimos dos años. Se han vertido sobre mí acusaciones. Una red de cuervos y víboras. Pero esto no debería oscurecer lo que considero un balance positivo", dijo a la agencia EFE.

Bertone, de 78 años, había quedado salpicado por el escándalo de las filtraciones de los documentos vaticanos (el llamado Vatileaks), en los que se le acusaba de mala gestión y de abuso de poder.

Su nombre aparecía en cartas como las que envió el nuncio en EEUU y ex secretario general del Governatorato de la Ciudad del Vaticano (Gobierno que gestiona este Estado), Carlo María Viganó, en las que se intentaba advertir a Benedicto XVI de la "corrupción, prevaricación y mala gestión" en la administración vaticana.

Benedicto XVI ya había rechazado una primera renuncia por motivos de edad de Bertone en 2009 explicando que no quería "renunciar a la valiosa colaboración" del purpurado, y tras el escándalo también le volvió a demostrar su confianza.

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