La plaza del barrio, esa amiga que lleva apodo

La plaza del barrio, esa amiga que lleva apodo

Los espacios verdes de la periferia no cuentan con carteles que los identifiquen. Los vándalos y las ordenanzas sin cumplir.

SÓLO EL BUSTO. La plaza Eva Perón no tiene un cartel con un nombre, pero tiene un busto de Evita que permitió a los vecinos deducir el nombre. LA GACETA / FOTOS DE INES QUINTEROS ORIO SÓLO EL BUSTO. La plaza Eva Perón no tiene un cartel con un nombre, pero tiene un busto de Evita que permitió a los vecinos deducir el nombre. LA GACETA / FOTOS DE INES QUINTEROS ORIO
04 Junio 2013

Un busto pequeño colocado sobre un pedestal permite intuir, a duras penas, el homenaje. Es una mujer de facciones jóvenes y expresión de heroína; tiene la mirada rígida, el ceño apenas fruncido y la piel de cemento estirada por un rodete que sujeta sus cabellos. "Hace apenas dos meses me enteré de que es Eva Perón. Hasta ese momento, para mí la plaza no tenía nombre, o se llamaba simplemente Barrio Jardín", confesó Marcela Pérez mientras disfrutaba de la mañana soleada en la plaza enmarcada por las calles España, Azcuénaga, Bascary y Necochea.

La plaza Eva Perón es uno de los tantos espacios verdes de nuestra ciudad que no tienen nombre. Mejor dicho, tienen un nombre, pero no un cartel que los identifique. Es por eso que los vecinos, en su mayoría, desconocen su denominación y terminan poniéndoles "apodos" (en general, el nombre del barrios). Es lo que sucede en la plaza ubicada en Sargento Cabral al 2.100. Con toda seguridad, la vecina Azucena Saracho respondió: "se llama plaza Echeverría, como el barrio". La mujer se sorprendió cuando el cronista de LA GACETA, con un listado oficial en la mano, le indicó que se denomina, en realidad, Lozano Muñoz. "Llevo 34 años viviendo aquí y recién me entero", señaló. En la Comisaría 14, frente a la plaza, los agentes sí conocen el nombre real del paseo, al igual que los dirigentes sociales que todas las mañanas se encargan de limpiarla. De todos modos, no hay nada ni nadie que indique la denominación y el único nombre que se lee en los cestos de basura es el del legislador oficialista Carlos "Alito" Assan.

"Salvo las plazas y plazoletas enmarcadas en las cuatro avenidas, el resto no tiene carteles que las identifiquen. Entonces, el vecino y los turistas piensan que se trata de simples baldíos parquizados y no es así", reclamó el concejal José Luis Avignone (UCR). Él es autor de la Ordenanza N° 3678, sancionada en julio de 2005, mediante la cual se instruye al ejecutivo municipal a "colocar los indicadores con el nombre respectivo en las plazas, plazoletas o rotondas que tengan nombre y carezcan de la identificación correspondiente". "La mencionada es una de las 195 ordenanzas que no se cumplen desde que comenzó esta gestión, en 2003", indicó Avignone, quien en 2011 le recordó por última vez mediante una nota al intendente, Domingo Amaya, esta situación. "Por supuesto, no he tenido respuesta, y los paseos siguen sin ser identificados", recalcó el edil.

Vandalismo y burocracia
En el barrio Los Tarcos II, allí donde termina el recorrido de la línea 5 (Ecuador al 4.600), pasa algo similar. "Hace 20 años que vengo a esta zona con los ómnibus y nunca supe cómo se llama esta plaza. Nosotros la llamamos como el barrio, es la única forma de identificarla a esta y a otras tantas plazas sin nombre", confesó el chofer Jorge Argañaraz. Mariela Omar, una vecina que vive desde hace 40 años frente a la plaza, sabe que se llama Miguel Campero, pero se enteró de una manera muy curiosa: "me lo dijeron mis compañeros de la Schoenstatt (el movimiento religioso católico) hace poco tiempo, pero yo no lo conocía", contó.

De nuevo en el barrio Jardín, en la plaza Eva Perón, la anomia no parece ser lo que más preocupe a los dueños del paseo. Entre hermosos rosales, pinos, ligustros y arbustos, la mugre y el vandalismo dejan sus marcas y arruinan el paisaje. "Hace pocos días nos juntamos con otros vecinos y volvimos a cementar un banco que ya estaba arrancado, a punto de ser llevado. También queman los árboles y los juegos de los chicos. Esto es más terrible que la falta de un cartel nominalizador que, a decir verdad, nunca tuvo", aseguró Eduardo Rivas, habitante del barrio desde hace 30 años. Él es el autor de los carteles hechos a mano que suplican a los usuarios cuidar "tu placita".

En algunos casos, fue el mismo vandalismo el que dejó a plazas, plazoletas y rotondas en el anonimato. "Algunos carteles han sido colocados pero los han destrozado", deslizó Atilio Belloni, subsecretario de Obras Públicas de la Municipalidad. "Pero en otros casos, son plazas que no tienen nombre porque no ha salido la ordenanza correspondiente. No es cosa fácil nominarlas: la propuesta debe estar acompañada de los antecedentes y la fundamentación del nombre que se quiere poner", agregó Belloni, sintetizando la burocracia que significa este procedimiento que no siempre llega a buen puerto.

Identificación
"Es importante que los sitios tengan un nombre porque eso le permite comprender a la gente el significado del lugar", advierte el urbanista y docente Raúl Torres Zuccardi. "Pero claro -agrega- el nombre debe ser una vinculación entre los hechos y sus significaciones: si el nombre es caprichoso, no dice nada. En cambio, si la gente percibe que es coherente con la historia del lugar sí puede llegar a apropiarse de él, situarse; eso es fundamental para que el nombre trascienda; si no, no es más que capricho".

¿Y ESTE QUIEN ES?

- Héroes anónimos.- Muchas plazas, plazoletas y rotondas tienen un nombre en los registros oficiales de la Municipalidad y, sin embargo, no tienen carteles que las identifiquen. De todas ellas, muchos nombres se constituyen como homenajes a hombres y mujeres que contribuyeron al desarrollo del país pero que, en los hechos, son héroes anónimos. Acá algunos ejemplos:

-  Plazoleta Lucas Penna.- En la avenida Belgrano al 2.900 está a punto de estrenarse una moderna plazoleta (foto). Los obreros están terminando los últimos detalles, mientras los árboles comienzan a crecer tímidamente. "Se llamará Lucas Penna", indicó el encargado de la obra, aunque no pudo definir quién fue esa persona. Penna fue un tucumano nacido en 1886. Se recibió de abogado en la UBA y tuvo una intensa vida política: fue diputado y uno de los impulsores del golpe de estado que derrocó a Hipólito Irigoyen en 1930, quedando el poder en manos del salteño José Félix Uriburu; durante esa gestión fue interventor nacional en Jujuy y renunció para asumir como Vocal de la Cámara de Apelaciones de la Capital Federal. Además, Penna fue secretario de Juan B. Terán y colaboró con él en la fundación de la UNT.

- Plaza Pedro E. Giachino.- Ubicada en avenida Juan B. Justo al 2.200. Giachino fue capitán de fragata de infantería de marina y uno de los protagonistas de la Guerra de Malvinas. Fue herido de muerte el 2 de abril de 1982, día de inicio de la disputa.

- Plaza Gramajo Gutiérrez.- Ubicada en San Martín al 1.700, frente al Cementerio del Oeste, cobró notoriedad durante los últimos meses durante la apertura de la calle Lucas Córdoba a través del parque Avellaneda. Alfredo Gramajo Gutiérrez fue un pintor tucumano, nacido en la localidad de Monteagudo. En sus cuadros tomó como punto de partida las costumbres y los habitantes de los pueblos del interior del país, especialmente del noroeste, retratando sus rituales, festividades y creencias.

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