Argentinos, juez y parte

Argentinos, juez y parte

El triunfo sobre River alejó al "millonario" del sueño de campeón y dejó a Independiente al borde del descenso.

EL PIBE 1O. Rodrigo Gómez la rompió y  festejó su gol con el equipo luego de una gran jugada del tucu Pablo Hernández. DYN EL PIBE 1O. Rodrigo Gómez la rompió y festejó su gol con el equipo luego de una gran jugada del "tucu" Pablo Hernández. DYN
03 Junio 2013
Del cielo al infierno sin escalas, gentileza de Rogelio. Funes Mori tuvo en sus pies la miel de los tres puntos, pero falló en el peor momento y en la réplica el dulce viajó al arco del frente. Julio Barraza no la dejó pasar: él sí le acertó a la red. 1 a 0 ¡Bomba! Argentinos sepultaba las ganas de River de ser líder, las ganas de ser campeón. Ni que hablar pasados los 80', cuando Pablo Hernández (tucumano capitán y figura del duelo) dejó solo al bueno y hasta ayer ignoto de Rodrigo Gomez; El pibe también pagó y el 2-0 fue sorpresa pura.

El último de la tabla venció al candidato, al grande, y lo amargó justo en la previa del día en que el líder Newell's tendrá todo para quedar a las puertas del título. Por eso se agarra la cabeza River, mastica bronca. La gloria pudo ser, pero la dejó pasar, y el equipo se estancó en 29 puntos, a tres de la "lepra", que de ganar estirará la ventaja a seis, con nueve puntos en juego.

Pero, así como la matemática le da la espalda a Núñez, se pone de lado del "bichito": le sacó cinco puntos a Independiente en la tabla del promedio, y prácticamente quedó afuera de la discusión del descenso.

Arde Avellaneda entonces. Es que si en la fecha que viene Quilmes vence a Arsenal, Argentinos a San Lorenzo y el "rojo" no le gana a River, el equipo de Miguel Brindisi no tendrá escapatoria, y perderá la categoría a dos fechas de la finalización del Final.

Habrá que esperar entonces. Los números coparán la parada y dictaminarán sentencia. Ayer Argentinos sacó chapa para quedarse en Primera, puso en la cuerda floja al "diablo" y le cortó las alas de gloria a un River que jamás supo a qué jugaba. Pecó feo y perdió puntos que, ya pinta, serán irrecuperables.

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