Opiniones sobre el nuevo Papa

Opiniones sobre el nuevo Papa

Gaspar Risco Fernández, José Luis Cañote Ríos, Marcelo Barrionuevo, Fray Rafael Cúnsulo y Ramón Eduardo Ruiz Pesce dan su perspectiva.

14 Marzo 2013


Gaspar Risco Fernández (Filósofo y Teólogo)

"Lo que debe llamar la atención es que un papa jesuita apele al nombre de Francisco. Eso es sintomático; y es importantísimo, porque muchos consideran que Francisco fue el santo que más se acercó a lo que era Jesucristo. Yo estuve estudiando en los años 50 en el Colegio Máximo de San Miguel, de los jesuitas, y Bergoglio ya tenía mucha importancia dentro de la Compañía de Jesús. Ya entonces tenía don de gobierno. Lo veo como una persona que puede poner en marcha una situación de gobierno difícil, además de practicar un ecumenismo muy importante con todos los protestantes, con el Islam; él ejerce una práctica muy fluida del pluralismo, pero un pluralismo que no es un pluralismo de solos, sino un pluralismo de solidarios, en el respeto en la diferencia, y al mismo tiempo en la solidaridad. Su elección es un signo de que el Espíritu Santo está obrando, en un momento de una gran conmoción dentro de la Iglesia". OPINIóN III

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José Luis Cañote Ríos - Sociólogo-docente Unsta

"La elección del cardenal Jorge Bergoglio, como primer Papa de un país del tercer mundo, latinoamericano y argentino, nos alegra profundamente a todos los católicos. La Iglesia, como toda la sociedad, está cambiando. Más allá de controversias y discrepancias sobre el rol de los pastores, y de este pastor, su nombramiento coloca a los países del sur en un lugar privilegiado en la escena eclesial e internacional. Es un reto para toda la Iglesia de esta parte del mundo. Cada uno de nosotros, creyentes, evaluaremos con el resto de nuestra comunidad nuestras acciones y responsabilidades en esta hora actual para ser testigos del caminar con el obispo de Roma, Francisco".

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Ramón Eduardo Ruiz Pesce, Filósofo católico

"San Francisco de Asís renovó la Iglesia encarnando la opción preferencial por los pobres que el Dios Amor trajo a la historia, pues servir al pobre es servir a Cristo. Juan XXIII anunció el Concilio Vaticano II diciendo que "la Iglesia es y quiere ser la Iglesia de todos, pero principalmente la Iglesia de los pobres". Jorge Mario Bergoglio eligió bien su nombre, Francisco. Cuando era cardenal primado de Argentina vivía austeramente y acompañaba el apostolado de los curas villeros. Dice: "los pobres son el tesoro de la Iglesia y hay que cuidarlos; y si no tenemos esta visión, construiremos una Iglesia mediocre, tibia, sin fuerza". La persona amada, decía Bergoglio, requiere que yo me ponga a su servicio; sólo así cumpliremos el mandato evangélico de anunciar la Buena Noticia a los pobres. Junto a este apostolado hay otro signo del inicio del pontificado de Francisco muy esperanzador. Antes de impartir la bendición a los miles de fieles congregados en Roma, el nuevo Papa pidió iniciar este camino de la Iglesia entre "el obispo de Roma y el pueblo" pidiendo que recen por él, para bendecirlo; lo hizo con audacia y humildad, sólo así se podrá entablar un diálogo con el Pueblo de Dios, un diálogo con todos los hombres de buena voluntad. Nuestro Papa actual, con ese carisma suyo de una humildad audaz, nos llena de gozo y esperanza para que podamos hacer reverdecer la utopía de una Civilización del Amor de la que nos hablaba Pablo VI. Bergoglio ha sembrado testimonios de un servicio a la justicia y a la paz en el mundo, convocándonos a la fraternidad y a la promoción del diálogo interreligioso, porque sabe que no habrá paz entre las naciones si no hay paz entre las religiones, y esta sólo será fruto del diálogo. Diálogo indispensable al que todos estamos convocados, incluso los agnósticos -dijo Bergoglio en diálogo con el rabino Skorka-, porque desde su duda, podemos mirar juntos hacia arriba y buscar la trascendencia".


Fray Rafael Cúnsulo, decano de la Unsta

"Jorge Mario Bergoglio ha tenido una gran preocupación pastoral. Es fundamentalmente un pastor. Tiene cercanía con la gente, y lo demuestra con gestos de gran sencillez y humildad. Tiene una profundidad espiritual y teológica, es un hombre de pensamiento profundo. Es un hombre de diálogo; ello se ha visto en que siempre ha procurado buscar el diálogo entre las instancias a nivel político y religioso, no ha sido un hombre de confrontación, pero sí de discurso claro. Me parece importante que es un religioso. Esa característica marca el camino de la humildad, de la cercanía con la gente, del diálogo con la comunidad religiosa, de la formación espiritual de la vida común".opinión


Marcelo Barrionuevo, vicario de fe y cultura

"Tenemos un Papa Argentino, Jorge Mario Bergoglio. No podemos negar que la elección es del Espíritu Santo. En primer lugar, debemos reconocer en el Papa al Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro. Obispo de la Iglesia de Roma y centro de la unidad de la Fe. Desde este momento Jorge Mario Bergoglio es nuestro Francisco. Francisco es un nombre que porta una alta cualidad de significados, será un pontificado lleno de signos y gestos elocuentes que marcarán la vida de la Iglesia. Un Papa austero y valiente, dos cualidades que veo en Francisco. Dejará en claro que la Iglesia tiene que ir hacia la gente, que deberemos ser pastores que sepan oír a Dios en medio del ruido y de modo especial con aquellos alejados y olvidados. Bergoglio nunca se calló aquello que debía hablar. Fue un hombre que supo decir las cosas a los hombres y mujeres del país, a los que dirigen y gobiernan como a los pastores de la Iglesia. Un hombre cercano pero valiente para saber denunciar las cosas que se debían denunciar. Los argentinos debemos reflexionar seriamente lo que supone tener un Papa "traído del fin del mundo". Nos habla de nuestras cualidades, pero fundamentalmente de nuestras responsabilidades. Es así, un llamado a superar nuestras mezquinas miradas y ponernos sobre el hombro la patria que tenemos, como señala el título de uno de sus libros".opinión III


Juan Carlos Hourcade, de la pastoral social

"El nombre elegido por el sucesor de Pedro es un indicio claro sobre la ruta que el Pastor de la Iglesia pretende trazarle. Eligió llamarse Francisco, algo que ninguno de los 265 Papas anteriores había hecho. Eligió el nombre del santo pobre, del santo de los pobres, del santo de la hermana naturaleza, del santo que quería ser instrumento de la paz del Señor. Veamos a Francisco de Asís: nació en 1.182, una época compleja para la Iglesia católica. Años más tarde, mientras se encontraba en un templo de su pueblo que estaba en ruinas, recibió un mensaje de Cristo: "Francisco, reconstruye mi Iglesia". Y buscó un camino propio para la reconstrucción, despojándose de todos los bienes materiales y alentando a una vida totalmente austera, entregado con confianza absoluta a la Providencia Divina. Hoy la Iglesia católica no está en ruinas, pero se enfrenta a enormes desafíos. Y es significativo que este jesuita austero haya elegido ese nombre para desarrollar su ministerio como Pastor universal. La Argentina -no toda-, estalló en júbilo. Pero hay que tener en cuenta algo: no se trata de realizar un análisis desde un nacionalismo crónico que fluye rápidamente en casos como este, sino de ver si Bergoglio, al margen de su nacionalidad, es el Pastor que la Iglesia necesita. Todo indica que sí. El Pastor sabe que no es el poder económico o político el que sostiene a la Iglesia y pone a Francisco como su modelo. La Iglesia, como siempre, debe ser reconstruida para tratar de acercarse a lo que su Fundador quiso de ella. Es la tarea que debe emprender Francisco".

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