Las mujeres cargan con menos culpa un engaño

Las mujeres cargan con menos culpa un engaño

Están más dispuestas a probar una relación prohibida, según los expertos y una encuesta realizada por una consultora nacional.

Dicen que los hombres son los principales clientes de los detectives privados porque tienen más dinero. Puede ser. O quizás lo que esté ocurriendo, en realidad, es que si la lupa se pone demasiado sobre las mujeres es porque ellas aparecen con más frecuencia en las escenas de los engaños. "Yo me inclino más por la segunda opción", opina José Luis Zavala, que dirige una agencia de vigilancia.

"Actualmente tengo más pedidos de hombres que de mujeres", precisa, antes de aclarar que en el terreno de la infidelidad hoy todo está equiparado entre ambos géneros. La infidelidad femenina empieza a naturalizarse, sostiene. Y sus dichos quedan perfectamente contrastados en una encuesta realizada recientemente en la Argentina por la Consultora D'Alessio IROL. Según este estudio, tres de cada 10 argentinas le fueron infieles a su pareja. Quienes lo hacen, lo viven como una oportunidad. Y se derriban varios mitos: ellas ya no sienten tanta culpa, están más dispuestas a probar y ya no buscan en el otro la contención que sus maridos o novios dejaron de darles. Lo que las motiva es el atractivo físico de alguien a quien conocieron.

Ese mismo diagnóstico aparece en el consultorio de la sexóloga tucumana Mileva Pavicich. "Hace 18 años que trabajo en esto y hoy se ve que la mujer ha cambiado su forma de ver la infidelidad y se anima a experimentarla más que antes. Cambiaron sus principios: no necesariamente piensa que casarse es para toda la vida y puede separar el sexo del amor", recalcó.

Otro punto que resalta Pavicich es que la infidelidad ha dejado de ser un motivo de consulta en la terapia psicológica. "Ya no hay una culpa; la mujer que lo hace lo ve como parte de su vida y aprende a manejar la situación. En otras palabras, se asemeja cada vez más a la forma en que el varón vive los engaños amorosos", apuntó la experta.

Los porqués de este fenómeno, según Pavicich, tienen su génesis en aquel momento en que la mujer decidió salir a patear el tablero: "ella logró un posicionamiento económico, pudo independizarse, aprendió a manejarse en ámbitos que hasta hace poco eran exclusivamente masculinos. Se siente dueña de si misma".

La infidelidad femenina, según describe, aparece en todas las edades, aunque es más frecuente en la mujer joven. Esta actitud sigue siendo vista como una traición. Y significa el debilitamiento de los lazos emocionales que unen a la pareja. Pero ya no es el principal motivo de separación de una pareja, aclara la psicóloga. "Es un problema que, en la mayoría de los casos, se puede resolver y perdonar. No es algo catastrófico como lo era hace 10 o 15 años", resume. No obstante señala que, culturalmente, tiene más recursos para disculpar la mujer porque está más aleccionada en el rol de perdonar. "Se supone que el varón no debería perdonar una infidelidad. Pero conozco una gran cantidad de hombres que han tolerado infidelidades de sus mujeres y que siguen con ellas", dice la experta.

Es más cuidadosa que los varones a la hora de tener sexo fuera del matrimonio. Deja muy pocos indicios. Sin embargo, para el detective Zabala, cuando un hombre le pide seguir a su pareja no es tan complicado. "Ellos tienen muy poca intuición. Piden que investiguemos a su mujer cuando ya es obvio que tienen un amante y están a punto de pedirles el divorcio porque se enamoraron de otro", explica.

La principal diferencia de género en la actualidad, según el detective, está en la cantidad: mientras que el hombre puede tener muchas amantes, las mujeres suelen engañarlo con un solo novio.

"Lo que vemos es que la infidelidad de la mujer se está visualizando más", remarca, y habla de la tecnología como la gran fuente de información para su trabajo: "internet, las redes sociales y el celular son las nuevas autopistas del engaño". Prueba de esto son los portales para infieles que se abren con mucho éxito en el país.

Escenarios comunes
El 99% del trabajo de Zabala es ir detrás de los encuentros clandestinos. Sus ojos son celosos y desconfiados. Este ex policía, que ha dejado el terreno del delito callejero por el de las sábanas, comenta que las relaciones prohibidas siguen teniendo como escenario común los hoteles alojamiento. Y en eso no hay diferencia entre mujeres y varones.

Uno de sus casos recientes: "me llamó un hombre, un profesional de 44 años. Se oía desesperado. Empecé a estudiar el caso, conocer la rutina de la esposa, luego a seguirla y contar con material para captarla en un momento justo de infidelidad".

"Supongamos que ella se llama María, muy linda mujer de 40 años. Resulta que cuando decía que salía a caminar por las mañanas en realidad se veía con su amante. La captamos subiéndose a un vehículo en la avenida Presidente Perón y yendo al departamento del hombre", cuenta Zabala. Hace una pausa y dice algo que aprendió con varios años a sus espaldas como cazador de infieles: "la mayoría de las mujeres que engañan lo hacen porque se sienten desatendidas por su pareja, porque quieren experimentar nuevas cosas".


Números de la encuesta nacional

31% 

de las mujeres argentinas admite que fue infiel a su pareja, de acuerdo a una encuesta realizada por la consultora Dalessio Irol.

75%

de las consultadas cree que la fidelidad es algo "muy importante" para las relaciones amorosas.

2% 

considera que la fidelidad no es algo esencial para una pareja.

20%

dice que fue descubierta cuando mantenía una relación paralela.

50%

 de las encuestadas no sintió culpa de haber engañado a su pareja.


Si tuvo una aventura, ¿dónde pasó?

46%

en un hotel para parejas.

26%

en la casa de él. 

20%

en mi propia casa.

12%

en un lugar público.

10%

en un auto

9%

en el lugar de trabajo.


¿Por qué motivos fue infiel?

65%

por fuerte atracción hacia otra persona.

37%

por necesidad de sentirme querida.

21%

por necesidad de salir de la rutina.

12%

por curiosidad de saber qué se siente.

9%

por saldar una deuda pendiente.

7%

por despecho, por haber sido engañada.


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