Alperovich se entusiasma; los ferroviarios prefieren la cautela

Alperovich se entusiasma; los ferroviarios prefieren la cautela

Los trabajadores recibieron la quinta promesa de reapertura durante el kirchnerismo. "Es razonable que la gente no crea y que existan dudas", asumió el intendente taficeño, Javier Pucharras. Reacciones

ABANDONO. Las máquinas deben ser refaccionadas para que funcionen.
ABANDONO. Las máquinas deben ser refaccionadas para que funcionen.
12 Enero 2013
"Vine a cumplir la promesa que les hice. Y a los que están escépticos y que dicen que los talleres no van a funcionar, yo les digo ¡minga!, los vamos a hacer funcionar". En octubre de 2003, esas palabras del entonces presidente Néstor Kirchner rebotaron en la nave principal del edificio y se diluyeron. Una década después -y tres promesas incumplidas de por medio-, su sucesora, Cristina Fernández, anunció nuevamente que se trabaja en la reactivación de los talleres ferroviarios de Tafí Viejo.

Aún no hay mayores precisiones del alcance que tendrá este cuarto anuncio de la era kirchnerista. Quienes conocen lo que implica la puesta en marcha, advierten que llevaría mucha organización, trabajo y dinero. Mientras, los 102 empleados (dependen de la secretaría de Transporte de la Nación) ya casi no cuentan con insumos y desde hace meses que no recibirían material ferroviario para reparar. Al igual que los vecinos, se esperanzan pero no pueden evitar mirar con un dejo de escepticismo la promesa política.

El gobernador José Alperovich destacó ayer que se buscará dar "más vida y trabajo" al establecimiento, pero no pudo precisar el monto de la inversión. "La voluntad política de la Presidenta es cumplir con el sueño que tenía Néstor Kichner de reactivar fuerte esto, así está en su cabeza y su corazón", concluyó. El mandatario viajaría a Buenos Aires en los próximos días para reunirse con el secretario de Transporte, Alejandro Ramos. 

Por su parte, el intendente taficeño Javier Pucharras remarcó que desde que se inició la gestión de Ramos nota un interés particular en el caso. Relató que desde hace meses viaja a la Nación junto a ferroviarios para gestionar la concreción de un plan gradual de revitalización diseñado por los trabajadores. Para la primera etapa, se habría acordado la llegada de $1.200.000. Agregó que la mención de la Presidenta les dio tranquilidad y "sumó compromiso al Gobierno". Resaltó además el empeño de los peones. "Es razonable que la gente no crea y que existan dudas. Pero los talleres están en la genética de Tafí e insistiremos una y mil veces para que se concrete", relativizó.

Pablo Díaz es uno de los empleados que participó de las gestiones, y relató que cuando se enteraron por cadena nacional comenzaron a enviarse mensajes de texto. Su trayectoria de 23 años de interrumpidos como ferroviario da cuenta de los vaivenes de los talleres: entró a trabajar en los 70; en los 80, durante uno de los cierres, se quedó sin trabajo hasta 1984, cuando el presidente, Raúl Alfonsín, los reabrió. Volvió a estar desocupado 10 años después, cuando el menemismo los cerró.
"Ramón Ortega nos provincializó hasta que en 1995 vino Bussi y nos corrió. Un grupo volvimos en 2003 y otro, hace más de dos años", repasó. Díaz se mostró entusiasmado y afirmó que esta vez esperan recobrar la confianza en los políticos. Recordó que en diversos actos entregaron carpetas a Hebe Bonafini (madrina de los talleres), Carlos Tomada (ministro de Trabajo), Juan Pablo Schiavi (ex secretario de Transporte) y hasta a la misma Presidenta. "'Dios existe pero está a 1.300 kilómetros', eso nos dijo Schiavi en una de las tantas peregrinadas y golpeadas de puerta. Esto es como el comienzo de un nuevo sueño", aludió. Explicó que el objetivo final de los empleados es poner en condiciones el lugar para que allí se construyan vagones y coches nacionales. "Llegamos al límite del material para reparar. Tenemos 11 vagones listos que jamás se llevaron", consignó.
 
Ariel Espinoza, periodista especializado en los talleres, advirtió que si bien la noticia genera expectativas, reabrir la planta llevaría muchísimo trabajo. "Hace unos años murió el jefe del taller y desde entonces están acéfalos. Por otro lado, hay constantes robos", ejemplificó. Calificó a la cifra de la que se habla como "una aspirina para un enfermo terminal". Manifestó que todos estos procesos son "traumáticos" para los trabajadores, por lo que recomendó tomar con cautela el anuncio.






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