La importancia de ser dador de médula ósea

La importancia de ser dador de médula ósea

22 Marzo 2012
Muchas veces, con un pequeño gesto o con buena voluntad, podemos ayudar a las personas y en algunos casos hasta salvarles la vida. Sucede, por ejemplo, con la donación de sangre o de órganos, que pese a que ha habido un incremento de donantes en recientemente sigue siendo más que insuficiente. Ello refleja una amplia producción que dedicamos en nuestra edición de ayer sobre la donación y trasplante de médula ósea que pueden contribuir a curar enfermedades como la leucemia, la aplasia de la médula ósea, los déficits inmunológicos y la talasemia, que es un trastorno sanguíneo que se transmite de padres a hijos: el cuerpo produce una forma anormal de hemoglobina, la proteína en los glóbulos rojos que transporta el oxígeno. Este trastorno ocasiona destrucción excesiva de los glóbulos rojos, lo cual lleva a que se presente anemia.

Según señalan los especialistas, algunos pacientes cuentan con un donante compatible entre sus familiares, pero representan apenas el 25% de los casos; mientras que el 75% restante debe recurrir a un donante sano, voluntario y no emparentado. Para evitar el rechazo, la médula ósea donada debe ser 100% compatible con la del paciente y eso sólo ocurre en un caso entre 40.000, razón por la cual, se necesitan cada vez más donantes. Representantes de la Fundación Flexer de Ayuda a Niños con Cáncer y del Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas del Incucai, con sede en Tucumán, explicaron que para donar médula ósea sólo basta dar una unidad de sangre, de la cual se extrae la muestra que es enviada al Registro Nacional; la información es ingresada en la base de datos. Si se detecta una posible compatibilidad, el Registro se comunica con el donante para confirmar que mantiene su deseo de donar y, si la respuesta es afirmativa, se le extrae una nueva muestra. La sangre es enviada entonces a Estados Unidos donde es analizada junto con la del posible receptor para confirmar la total compatibilidad. Una vez efectuada la comprobación, el donante es trasladado a Buenos Aires, donde se le coloca al dador una vacuna activadora de las células de la médula ósea. Y el proceso se hace con una máquina de aféresis. Se trata de una técnica que filtra la sangre, retiene las células y la que no se usa vuelve al cuerpo del donante. El trámite dura entre dos y tres horas y no le causa ninguna alteración.

Para convertirse en un donante de médula ósea registrado, es necesario anotarse en el Banco de Sangre, ubicado en la avenida Mitre 236, y dar sangre. Los candidatos deben pesar más de 50 kilogramos y deben tener entre 18 y 55 años.

A veces, por falta de educación o de información o por creer que nunca uno ha de pasar por una situación límite, los ciudadanos no tomamos conciencia de que podemos ayudar al prójimo a vivir, dando sangre. Si desde temprana edad, en la escuelas se enseñara la importancia de la solidaridad en la salud, si en la entrada de espectáculos masivos -partidos de fútbol, rugby, recitales- se instalaran mesas informativas es posible que se incrementaran notablemente los dadores. No sólo quienes esperan una médula ósea compatible con ansiedad -con desesperación-, sino también los que pertenecen a grupo sanguíneo RH negativo que se ven en grandes problemas cuando deben afrontar cirugías de gran envergadura, son los destinatarios de un gesto pequeño pero grande y noble. A mayor educación, mayor solidaridad.

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