La nuevas formas de consumo cultural necesitan de nuevas normas, dice una especialista

La nuevas formas de consumo cultural necesitan de nuevas normas, dice una especialista

La leyes que rigen en el mundo analógico no funcionan en el digital

31 Enero 2012
BUENOS AIRES.- En medio del debate que han instalado proyectos de ley que en EEUU y Europa planean controlar la piratería en internet, Natalia Calcagno, coordinadora del Sistema de Información Cultural de Argentina (SInCA), plantea que una legislación analógica para un mundo digital no sirve y advierte que el problema está en la distribución, porque la industria cultural se está expandiendo.

"Hay una nueva forma de producción de la cultura que necesita una legislación nueva. Lo que quieren hacer leyes como PIPA, SOPA y Sinde es penar al que no actúa, como si viviera en un mundo analógico. ?Si no te comportás igual que cuando vas a la librería a comprar el libro, a la disquería o al cine, estás cometiendo un delito?, parecen decir", aseguró la funcionaria en una entrevista con Télam.

"Es algo psicótico: empresas como Microsoft -que apoya a PIPA- y que generan tecnologías que habilitan a una nueva forma de consumo, ahora dicen que está mal usar la red de esa manera", agrega la socióloga investigadora del comportamiento económico de la cultura.

"Las leyes antipiratería son analógicas, antieconómicas, no aplicables y tienen una voluntad de control. Es imposible pensarlo a escala global porque son millones de descargas por día. Lo que hacen entonces es bloquear y no ponen a alguien público para ejercer ese control, sino a los propios proveedores de contenido, como los pibes de Cuevana -indica-. Es un delirio en términos de libertad de expresión y es el comienzo del control", sostiene. El derecho de autor aparece como el nudo de tensión, sobre todo en las industrias de la música y audiovisual, donde el tráfico se mueve a velocidades impresionantes: ante esta lógica diferente hay varias corrientes de opinión.

"Hay una serie de autores que se sienten muy perjudicados por lo que se llama piratería, hay otros a favor del ?creative commons? y la libre circulación de la creación y están las empresas, que no es lo mismo que los creadores", enumera Calcagno. "Las empresas -prosigue- comercializan los derechos a través de películas, música y libros y en términos económicos, son las que verdaderamente estarían recibiendo el impacto de la piratería, porque el pago de derechos de autor a los creadores han sido históricamente bajos y esta explotación también se ha denunciado", advierte.

¿Qué rol tienen las proveedoras de internet? "Los que proveen el servicio permiten que esta nueva circulación de cultura se masifique y crezca. Están altamente concentradas y son las grandes beneficiadas de todo este negocio. ?Vos no robás un celular o un banco? dicen como lema las campañas antipiratería apelando al usuario sin voluntad de pago. "Justamente eso es lo que hay cuando todos los meses pagás tu abono de internet y parte importante por la que el usuario paga es porque tiene acceso a contenidos culturales como películas y música. Si no ofrecieran esto, no sé cuántos hogares tendrían banda ancha sólo para ver el mail", explicó.

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