Para mejorar, la memoria no debe olvidarse de entrenar

Para mejorar, la memoria no debe olvidarse de entrenar

Dr. Luis Presti, especialista en gerontología y geriatría.

16 Diciembre 2011
¿Las palabras cruzadas, el sudoku y demás juegos de ingenio son buenos para agilizar la mente? ¿Su indicación a practicarlos es exclusiva para los adultos mayores? ¿Es recomendable sólo en casos evidentes de trastornos de la memoria?

Para responder estas preguntas se requiere previamente ordenarlas y darles prioridad y jerarquía desde una mirada geriátrica y terapéutica. Por lo tanto es necesario repreguntarnos primero la edad de quien solicita su recomendación, en qué circunstancias lo hace y con qué fin.

Antes que nada, es necesario aclarar que estamos hablando de la cognición, de la memoria, y que por lo consiguiente estamos ingresando, al decir de mi apreciado amigo, el profesor Arturo Famulari, en una "bolsa de gatos". Se mezclan una serie de imágenes, representadas por un sinnúmero de trastornos y enfermedades que deben ser tenidas en cuenta, para evaluarlas y darles la jerarquía o no de acuerdo con los resultados que surjan de dicha evaluación.

Aclarado esto, surge la primera respuesta a la primera y segunda pregunta. Las palabras cruzadas, el sudoku y demás juegos de ingenio son buenos para agilizar la mente a cualquier edad, sin necesidad de estar comprendido en esa bolsa de gatos.

Si esta práctica o hobby se realiza a edad temprana mejor, ya que la plasticidad de nuestra memoria está dada por el entrenamiento que hagamos de ella. En una palabra: más educación, lectura, etcétera.

Más educados, más sanos
Una investigación de la Clínica Mayo (EEUU) concluyó que entre casi 4.000 personas encuestadas en el condado de Olmsted, el 12 % de un grupo de 70-89 años desarrolló casos de Trastornos Cognitivos Mínimos. Su prevalencia aumentó en aquellos grupos con menos años de educación. Un 8,5 % de las personas con más de 16 años de educación se vieron afectadas. Esa cifra se elevó a un 25 % entre quienes tenían ocho o menos años de educación.

Se podrán observar más trastornos en aquella población que menos educación tenga. Por lo tanto, estos juegos de ingenio son una manera de proteger la aparición de los Trastornos Cognitivos Mínimos.

La respuesta a la tercera pregunta es reconocer que estamos ya dentro de la "bolsa de gatos". Es decir, de las innumerables causas que pueden producir trastornos de la memoria, y por lo tanto será necesario, primero, diagnosticar clínicamente y lo mas precozmente el origen o la causa de esos trastornos, para abordar tempranamente su tratamiento, y seguidamente, de acuerdo con el perfil de la persona, recomendar la práctica y el uso de los innumerables juegos de ingenio existentes.

La investigación médica ha demostrado que, de adhesión, a largo plazo, la participación en actividades que estimulan el cerebro se asocia con una reducción de más de 60 % del riesgo de demencia. A los 60 años la mayoría de la gente ha comenzado a sentir los efectos del envejecimiento del cerebro y a los 85 años casi la mitad de los adultos de edad avanzada experimenta algún deterioro significativo.

Ejercicios cognitivos
La rehabilitación y los ejercicios cognitivos son absolutamente esenciales para mantener o mejorar la salud del cerebro y reducir el riesgo de demencia. El deterioro cognitivo es una condición que no es tan grave como la demencia, pero contribuye a una disminución en la calidad de vida y un aumento en los costos del cuidado de la salud.

De los individuos estudiados con deterioro cognitivo sin demencia, la tasa de mortalidad anual en EEUU fue del 8% y la tasa de progresión al umbral de la demencia fue del 12 % (no hay datos de nuestro país). Hay muchas causas para el deterioro cognitivo, incluyendo los estados pre-Alzheimer, los derrames cerebrales y otras condiciones médicas crónicas. Los autores del estudio sugirieron que se debe centrar en las estrategias de prevención, tales como la prevención del ictus, la reducción de factores de riesgo cardiovascular, del diagnóstico y tratamiento de la diabetes, y otras patologías crónicas, y con ellos intentar reducir la prevalencia de deterioro cognitivo sin demencia y el beneficio para la salud pública en nuestra sociedad que envejece.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios