23 Noviembre 2011
En el Roca, el 70% de los menores es adicto
Llegan por diferentes delitos; la mayoría de los internos consume "paco", y unos cuantos participan en talleres de capacitación. Las edades de los chicos rondan entre los 14 y los 17 años. El objetivo es que sean resocializados, pero a veces está desbordado.
UN CAMINO LARGO QUE BAJA Y SE PIERDE. El ingreso al Instituto Roca, sobre avenida Francisco de Aguirre al 300, está resguardado por la Policía. LA GACETA / FOTO DE JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
La jornada comienza a las 8. Media hora después les sirven el desayuno: mate cocido con pan o tortilla. El día continúa entre clases, juegos y talleres. Miran televisión, charlan con psicólogos y con los operadores. Durante el día se les sirve el almuerzo, la merienda y la cena. A las 22 se terminan las actividades y tienen que volver a sus arrestos, como les llaman a los cuartos de dos por dos metros donde duermen.
Así pasan los días los adolescentes alojados en el instituto Julio Argentino Roca, ubicado en avenida Francisco de Aguirre 330. Hay que recorrer unos 30 metros desde la vereda hasta llegar a la entrada del destacamento policial que se encuentra en el lugar. Al fondo a la derecha, están los pabellones donde son alojados los menores en conflicto con la ley.
La infraestructura del centro de alojamiento tiene capacidad para alojar a casi 50 personas. Ese número a veces llega a 60, y hace dos semanas hubo 75 menores alojados en el Roca. La mayoría de los internos tienen 16 y 17 años, aunque hay algunos más chicos, de 14 y 15.
El tratamiento
El objetivo del Roca es que los varones menores de edad que cometieron algún delito sean resocializados. Pero las autoridades se enfrentan con una dura y disímil realidad: el tiempo que se encuentran alojados los menores no es claro, entones es muy difícil encarar algún sistema que ayude a brindar una solución.
Algunos chicos permanecen varios meses (uno de ellos está alojado hace un año), pero también hay otros que están apenas unos días. Además, los motivos por los que llegan son diversos. Algunos están por delitos graves, otros, en cambio, por intentos de arrebato e incluso están aquellos a los que se les aplicó una medida tutelar.
Entre los internos se pueden distinguir aquellos que son adictos a alguna droga, que representan alrededor del 70% de los adolescentes. Fuentes de la institución comentaron que, en su mayoría, consumen "paco". Las mismas fuentes reconocen que, a pesar de que los chicos son tratados por psicólogos, no es allí donde deben tratarse.
Actualmente, el único centro del Estado que recibe a menores adictos en conflicto con la ley es "Las Moritas", aunque los recibe desde hace poco tiempo. "Hay muchos adictos que deberían estar a cargo del sistema de salud, no del instituto", confió una de las fuentes consultadas.
Otro pequeño grupo está integrado por aquellos que necesitan algún tratamiento psiquiátrico. Recién allí, poco menos del 30% de los 50 o 60 menores que están en el Roca, podrían recibir un tratamiento adecuado en la institución.
Las tareas
Hay tres niveles de enseñanza en el Roca. Algunos chicos necesitan ser alfabetizados completamente: no saben leer ni escribir. La mayoría de los menores abandonó la escuela primaria. Por eso, en el instituto les ofrecen cursar el primer y segundo ciclo. Sin embargo, el problema es la falta de continuidad de los estudios.
Los operadores que trabajan con los chicos afirman que, en su mayoría, son receptivos a las propuestas: talleres, educación física, manualidades. Tres organizaciones no gubernamentales colaboran en determinados días y les enseñan a los chicos murga, comunicación y religión. Ninguna actividad es obligatoria.
Los adolescentes duermen en pequeñas habitaciones que tienen una base de cemento, que hace las veces de cama, sobre las cuales se ubican los colchones y las puertas son rejas que se cierran con candado en la noche.
A veces, el Roca se ve desbordado en su capacidad, porque muchos chicos simplemente son depositados allí a la espera de que la Justicia les diga que pueden volver a la calle.
Así pasan los días los adolescentes alojados en el instituto Julio Argentino Roca, ubicado en avenida Francisco de Aguirre 330. Hay que recorrer unos 30 metros desde la vereda hasta llegar a la entrada del destacamento policial que se encuentra en el lugar. Al fondo a la derecha, están los pabellones donde son alojados los menores en conflicto con la ley.
La infraestructura del centro de alojamiento tiene capacidad para alojar a casi 50 personas. Ese número a veces llega a 60, y hace dos semanas hubo 75 menores alojados en el Roca. La mayoría de los internos tienen 16 y 17 años, aunque hay algunos más chicos, de 14 y 15.
El tratamiento
El objetivo del Roca es que los varones menores de edad que cometieron algún delito sean resocializados. Pero las autoridades se enfrentan con una dura y disímil realidad: el tiempo que se encuentran alojados los menores no es claro, entones es muy difícil encarar algún sistema que ayude a brindar una solución.
Algunos chicos permanecen varios meses (uno de ellos está alojado hace un año), pero también hay otros que están apenas unos días. Además, los motivos por los que llegan son diversos. Algunos están por delitos graves, otros, en cambio, por intentos de arrebato e incluso están aquellos a los que se les aplicó una medida tutelar.
Entre los internos se pueden distinguir aquellos que son adictos a alguna droga, que representan alrededor del 70% de los adolescentes. Fuentes de la institución comentaron que, en su mayoría, consumen "paco". Las mismas fuentes reconocen que, a pesar de que los chicos son tratados por psicólogos, no es allí donde deben tratarse.
Actualmente, el único centro del Estado que recibe a menores adictos en conflicto con la ley es "Las Moritas", aunque los recibe desde hace poco tiempo. "Hay muchos adictos que deberían estar a cargo del sistema de salud, no del instituto", confió una de las fuentes consultadas.
Otro pequeño grupo está integrado por aquellos que necesitan algún tratamiento psiquiátrico. Recién allí, poco menos del 30% de los 50 o 60 menores que están en el Roca, podrían recibir un tratamiento adecuado en la institución.
Las tareas
Hay tres niveles de enseñanza en el Roca. Algunos chicos necesitan ser alfabetizados completamente: no saben leer ni escribir. La mayoría de los menores abandonó la escuela primaria. Por eso, en el instituto les ofrecen cursar el primer y segundo ciclo. Sin embargo, el problema es la falta de continuidad de los estudios.
Los operadores que trabajan con los chicos afirman que, en su mayoría, son receptivos a las propuestas: talleres, educación física, manualidades. Tres organizaciones no gubernamentales colaboran en determinados días y les enseñan a los chicos murga, comunicación y religión. Ninguna actividad es obligatoria.
Los adolescentes duermen en pequeñas habitaciones que tienen una base de cemento, que hace las veces de cama, sobre las cuales se ubican los colchones y las puertas son rejas que se cierran con candado en la noche.
A veces, el Roca se ve desbordado en su capacidad, porque muchos chicos simplemente son depositados allí a la espera de que la Justicia les diga que pueden volver a la calle.
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