"Se está haciendo mucho garbanzo, pero el trigo marca el camino"

"La cosecha está terminando. Tuvimos un buen verano, con lluvias óptimas y buenos rindes. Algunas zonas tuvieron exceso de agua o de días soleados, lo que generó menores rindes que el promedio, que oscila entre los 2.500 y los 3.500 kg/ha", resumió para LA GACETA Rural el productor José Antonio Martínez, que explota campos en la zona de La Ramada de Abajo, al noreste de Tucumán.
Esa zona productiva fue pionera en la producción de soja; comenzaron allá por 1961, utilizando el arado. Pero desde hace 10 años, el trabajo en el campo comienza con una labranza mínima, conservacionista, y continua con la siembra directa. A esto, luego, le agregaron la rotación con maíz. "Es un trabajo lento en cuanto a sus resultados inmediatos, que exige buenas prácticas agrícolas", explicó.
"En nuestra zona se consumió una parte importante de los fertilizantes que tienen los suelos; por eso, es necesario aportarlos en forma artificial", reconoció, para agregar: "por eso, no hay que esperar rindes descollantes y superlativos en esa zona productiva".
¿Cómo trabajaron sobre las pérdidas de cosecha?, interrogó nuestro cronista. "Siempre estamos tratando de controlarlas. La tecnología es un gran aliado a nuestro favor. Pero el 70% de las pérdidas se producen en el cabezal de la trilladora. Existen algunas innovaciones técnicas en las máquinas que reducen esas pérdidas. Vamos consiguiendo resultados, pero no con la rapidez que quisiéramos", dijo.
¿Qué procedimiento utilizan para compensarlas?, fue la pregunta siguiente. "Las pérdidas se producen en las maquinarias y/o durante la cosecha, cuando se deja el cultivo demasiado tiempo en el campo. ¿Cómo los enfrentamos?, cultivando a punto y utilizando cosechadoras más modernas. Cabe aclarar que una cosechadora nueva cuesta U$S 300.000, por lo que es necesario recurrir a los contratistas de maquinarias.
A esta altura del año agrícola y con la cosecha de soja prácticamente terminada, es el momento de decidir qué sembrar durante el invierno.
"Hay un 100% más de siembra de garbanzo respecto del año pasado. Es una semilla cara y el grano tiene un precio interesante, pero el mercado no es muy estable", describió. "También se hizo más lenteja que en 2010; y también se habla que se sembró algo de colza, pero el trigo sigue siendo el cultivo invernal que manda en invierno, porque hay más disponibilidad de semillas y mayor conocimiento técnico. Pero hoy estamos sembrando sin saber si venderemos la cosecha y a qué precio", precisó.
Por último, para reafirmar su apreciación sobre el trigo, dijo: "en el Este de Tucumán se lo utiliza para mantener limpio el campo y para aportar rastrojos al campo. Vamos a ver qué se decide respecto de la política comercial de granos".