Los principales problemas
07 Mayo 2011
"Ya no necesito cuidarme", dicen 
El aumento de peso es la principal causa por la que una relación sentimental podría romperse, según la encuesta. Es común que muchas parejas ganen peso una vez que se casan o conviven. La lógica de "no necesito cuidarme porque ya lo tengo seguro" parece estar detrás de esta realidad, que en los hechos parece no ser tan cierta. Las razones de estas transformaciones se relacionan con el cambio de rutinas de alimentación y de actividad física. Después de un tiempo, hombres y mujeres se quejan de que sus parejas no se cuidan y esto le pasa la cuenta a su físico.

Los de afuera no son de palo
El almuerzo dominical en la casa de los papás o de los suegros también es foco de conflicto. Según los expertos en terapia de parejas, los roces se producen generalmente en los cinco primeros años de la relación cuando el matrimonio se divide las fiestas o feriados y los fines de semana en la casa de los parientes. No poder compatibilizar con las costumbres y los pensamientos de la familia del cónyuge también terminan afectando la relación, especialmente cuando son muy marcadas las diferencias ideológicas y de crianza.

La batalla por los gastos
Según los especialistas, los problemas de plata aparecen cuando se van por primera vez a vivir juntos y con la llegada de los hijos. La batalla por quién controla la economía doméstica es algo relativamente reciente. Antes no había demasiadas vueltas: la mujer se quedaba en la casa y el hombre era el proveedor. Ahora, uno de los mayores desacuerdos entre las parejas jóvenes pasa por los gastos y las compras. Cuando el dinero no alcanza, las peleas se vuelven constantes y la relación se desgasta hasta tal punto que puede acabar con el amor.

Ropa tirada y mal aliento 
¿La ropa tirada por toda la casa puede causar una separación? Sí, contestaron los consultados, especialmente si después de hacer las debidas quejas la situación se repite una y otra vez. En general, cuando faltan, los hábitos de limpieza personal son grandes "matapasiones". No bañarse o no lavarse los dientes es causal de divorcio, aseguraron. Lo peor, según terapeutas, es que esto no suele hablarse para no herir susceptibilidades. Cuando uno de los miembros de la pareja es desordenado es común que se generen peleas domésticas que desgastan una relación.

Sin espacio para la intimidad 
La tercera queja más importante que afecta las relaciones pasa por el poco tiempo que tienen para compartir. Si a eso se suma la llegada de los hijos, que requieren mucha atención, los problemas se agravan. Muchas parejas no encuentran espacio para la intimidad y se sienten agobiadas porque el tiempo no alcanza para equilibrar entre el trabajo, la familia y el amor. "Es fundamental que las parejas reconozcan estas situaciones para que no se sientan abandonadas, despreciadas. Hay que analizar la realidad y buscar juntos alternativas", dice la sexóloga Amelia del Sueldo Padilla.

Llamado a desafiar la rutina
En el último puesto y, contrariamente a lo que muchos podrían creer, aparece la falta de romance y de actividad sexual como motivos que apagan la pasión. El idilio que viven en sus primeros tiempos las parejas suele desaparecer de la mano de la rutina. Los problemas suelen aparecer después del nacimiento de los hijos. Acá los expertos hacen un llamado de atención: la pareja es la base de la familia. Y llaman a desafiar la rutina, a mantener el romanticismo, a ser creativos, a usar condimentos, a acordarse de las fechas y de todo lo que al ser amado le apasiona.

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