17 Octubre 2010
Las 20 verdades peronistas -explicitadas por el general Juan Domingo Perón el 17 de octubre de 1950, como resumen de la doctrina justicialista- están hoy más vigentes que nunca en el Gobierno de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y en nuestra gestión en Tucumán.
Nosotros defendemos el interés del Pueblo, tal como lo expresa la primera verdad peronista y como lo ratifican los enormes logros sociales alcanzados de 2003 a la actualidad. Nuestro movimiento está vivo y la gran actividad política en la sede partidaria más moderna del país, más el funcionamiento de los cuerpos orgánicos del partido -votados por los afiliados-, dan prueba cabal de ello. Miles de militantes recorren día a día cada punto de la provincia. La segunda y tercera verdad así lo postulan.
Volver a la cultura del trabajo fue desde siempre nuestro objetivo y lo estamos logrando, al generar empleo genuino y al bajar la desocupación a un dígito, como hace mucho no ocurría, tal como lo dictan las verdades cuarta y quinta.
Cuando Perón volvió definitivamente al país, en 1973, cambió la sexta verdad y dijo: "para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino". Con ese mensaje de paz y de progreso nos identificamos, trabajando todos los días por hacer un país y una provincia más justos, con más jubilaciones, más pensiones, con la asignación universal por hijo y con la redistribución de la riqueza para lograr la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria, cumpliendo con lo expresado desde la verdad séptima hasta la décimo segunda.
Teniendo como centro al hombre y a la comunidad, consustanciados por el espíritu de las últimas ocho verdades, es que construimos 150 escuelas en toda la provincia, mejoramos sustancialmente la salud pública, hicimos pavimento, iluminación, viviendas, obras de agua potable y cloacas para miles de tucumanos, plenamente apoyados por un Gobierno nacional, que fue el gran artífice de esta verdadera revolución de obras públicas y justicia social en toda la Argentina.
Se puso el capital al servicio de la gente, recuperando el rol del Estado como promotor social. Nuestra patria asumió un nuevo protagonismo internacional y se recobró el manejo de la economía nacional, liberándola de las presiones de los organismos internacionales y de los monopolios locales. El proyecto nacional y popular que conducen Néstor y Cristina Kirchner, del que orgullosamente somos parte, es la doctrina justicialista puesta en acción.
Nosotros defendemos el interés del Pueblo, tal como lo expresa la primera verdad peronista y como lo ratifican los enormes logros sociales alcanzados de 2003 a la actualidad. Nuestro movimiento está vivo y la gran actividad política en la sede partidaria más moderna del país, más el funcionamiento de los cuerpos orgánicos del partido -votados por los afiliados-, dan prueba cabal de ello. Miles de militantes recorren día a día cada punto de la provincia. La segunda y tercera verdad así lo postulan.
Volver a la cultura del trabajo fue desde siempre nuestro objetivo y lo estamos logrando, al generar empleo genuino y al bajar la desocupación a un dígito, como hace mucho no ocurría, tal como lo dictan las verdades cuarta y quinta.
Cuando Perón volvió definitivamente al país, en 1973, cambió la sexta verdad y dijo: "para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino". Con ese mensaje de paz y de progreso nos identificamos, trabajando todos los días por hacer un país y una provincia más justos, con más jubilaciones, más pensiones, con la asignación universal por hijo y con la redistribución de la riqueza para lograr la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria, cumpliendo con lo expresado desde la verdad séptima hasta la décimo segunda.
Teniendo como centro al hombre y a la comunidad, consustanciados por el espíritu de las últimas ocho verdades, es que construimos 150 escuelas en toda la provincia, mejoramos sustancialmente la salud pública, hicimos pavimento, iluminación, viviendas, obras de agua potable y cloacas para miles de tucumanos, plenamente apoyados por un Gobierno nacional, que fue el gran artífice de esta verdadera revolución de obras públicas y justicia social en toda la Argentina.
Se puso el capital al servicio de la gente, recuperando el rol del Estado como promotor social. Nuestra patria asumió un nuevo protagonismo internacional y se recobró el manejo de la economía nacional, liberándola de las presiones de los organismos internacionales y de los monopolios locales. El proyecto nacional y popular que conducen Néstor y Cristina Kirchner, del que orgullosamente somos parte, es la doctrina justicialista puesta en acción.
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