Duro adiós al Cabildo, en 1908

Duro adiós al Cabildo, en 1908

Se consideró que estaba demasiado destruido. En su lugar se construyó la Casa de Gobierno.

EN LOS BUENOS TIEMPOS. El Cabildo engalanado con banderas, en una fiesta patria de fines del siglo XIX. ARCHIVO LA GACETA EN LOS BUENOS TIEMPOS. El Cabildo engalanado con banderas, en una fiesta patria de fines del siglo XIX. ARCHIVO LA GACETA
26 Septiembre 2010
Una de las acciones más sonadas que la piqueta consumó en Tucumán, ocurrió en 1908. Dos años antes, se había sancionado la ley 907, que disponía la construcción de una Casa de Gobierno en el solar donde se encontraba el Cabildo, sede de las autoridades desde tiempos de la colonia, en 25 de Mayo primera cuadra, frente a plaza Independencia.

El caserón tenía dos plantas, cada una con una galería de 14 arcadas, y al centro una torre con reloj. Al comenzar el siglo XX, funcionaba en el Cabido la mayor parte de las oficinas públicas, empezando por la Gobernación y sus ministerios. Cada gobernador había tratado de dar mayor capacidad al edificio, volteando paredes o agregando habitaciones sobre la actual calle San Martín. Pero, en 1906, se consideró que ya era imposible toda mejoría.

El mensaje del Ejecutivo que acompañaba la ley de la Casa de Gobierno, expresaba que el Cabildo, por ser "una construcción antigua, ejecutada sin plan alguno y en diversas épocas, cualesquiera sumas que se invirtieran en su refacción serían malgastadas en realidad, porque lo existente no ofrece base alguna de reformas". Además, "amenaza ruina en alguno de sus cuerpos y constituye un verdadero peligro para los empleados que lo ocupan y para el público que lo frecuenta".

Como el edificio a construir era de mayores dimensiones que el Cabildo, leyes posteriores determinaron la expropiación de los dos inmuebles linderos al sur, propiedades del doctor Próspero García y de don Tiburcio Medina.

La demolición empezó el 28 de enero de 1908. El 25 de mayo de ese año se puso la piedra fundamental de la Casa de Gobierno. El ministro del ramo, doctor Vicente Padilla, despidió al caserón con un discurso melancólico. "Ha de pasar mucho tiempo todavía para que los hombres que hemos nacido aquí, a la sombra de tantos recuerdos, podamos acostumbrarnos a la ausencia de la vieja arquería", dijo. Y "más adelante, cuando sintamos el tañido de la campana de su reloj marcando las horas ya desde otro sitio, nuestra imaginación lo ha de ubicar siempre aquí, evocando con placer la torre desde donde estábamos acostumbrados a oírla, no sólo en la marcha regular y acompasada del tiempo, sino también en las horas solemnes, cuando tocaba a rebato para llamar al pueblo a los comicios o a las armas".

El diseño de la Casa de Gobierno corrió a cargo del ingeniero-arquitecto tucumano Domingo Selva, y se la inauguró con bombos y platillos en julio de 1912. El presidente Roque Sáenz Peña estrenó los aposentos de la residencia.

Así, Tucumán se quedó sin Cabildo, al contrario de lo que ocurriría en Salta, en Jujuy o en Córdoba, por ejemplo. En esa época se carecía de todo criterio conservacionista.

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