31 Agosto 2010
La noticia de que había sido seleccionado para integrar la terna de la que saldrá el próximo defensor del Pueblo de la provincia encontró al abogado Javier Elía Salim en Buenos Aires. "Tengo la expectativa, en caso de resultar elegido, de poder aportar soluciones a la comunidad con idoneidad y con vocación de servicio", le manifestó telefónicamente a LA GACETA.
De 34 años, ejerce la profesión desde 2003. Durante 2004 y 2005 se desempeñó como abogado asesor de la Defensoría del Pueblo. "Dejé el cargo por una decisión personal: la de acompañar a mi padre, que en 2005 salió electo diputado nacional (se trata de Juan Salim). Siempre estuve a su lado, tanto en los emprendimientos prívados como en su vida pública. Ahora, me desempeño como asesor de la Cámara Baja", precisó.
Inclinado hacia el Derecho Civil, Comercial y Laboral, Salim dice que los dos años que trabajó en atención al público en la Defensoría del Pueblo le permitieron conocer la institución. "Atender la queja del ciudadano, gestionar una solución y obtener resultados satisfactorios fue una experiencia que me alimentó el alma. Quiero llevar eso más adelante todavía ", confesó.
Se confiesa orgulloso de resultar ternado "entre tantos inscriptos prestigiosos" y confiesa que anhela un cambio generacional. "Hay que acercar la institución a la gente y romper el prejuicio de que van a la administración pública a quejarse de la administración pública. El desafío es convertirla en un gran oído para los tucumanos", concluyó.
De 34 años, ejerce la profesión desde 2003. Durante 2004 y 2005 se desempeñó como abogado asesor de la Defensoría del Pueblo. "Dejé el cargo por una decisión personal: la de acompañar a mi padre, que en 2005 salió electo diputado nacional (se trata de Juan Salim). Siempre estuve a su lado, tanto en los emprendimientos prívados como en su vida pública. Ahora, me desempeño como asesor de la Cámara Baja", precisó.
Inclinado hacia el Derecho Civil, Comercial y Laboral, Salim dice que los dos años que trabajó en atención al público en la Defensoría del Pueblo le permitieron conocer la institución. "Atender la queja del ciudadano, gestionar una solución y obtener resultados satisfactorios fue una experiencia que me alimentó el alma. Quiero llevar eso más adelante todavía ", confesó.
Se confiesa orgulloso de resultar ternado "entre tantos inscriptos prestigiosos" y confiesa que anhela un cambio generacional. "Hay que acercar la institución a la gente y romper el prejuicio de que van a la administración pública a quejarse de la administración pública. El desafío es convertirla en un gran oído para los tucumanos", concluyó.
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