Una estricta disciplina fue la clave para la supervivencia

Dos de los 33 mineros atrapados en Atacama son avezados en técnicas de enfermería. El que manda es el jefe de turno, y el que da ánimo es el más experimentado en la vida en el socavón. El régimen de nutrición.

CARTAS Y MEDICINAS. Material listo para que llegue a los mineros por un ducto, 700 metros bajo tierra. REUTER CARTAS Y MEDICINAS. Material listo para que llegue a los mineros por un ducto, 700 metros bajo tierra. REUTER
25 Agosto 2010
COPIAPO, Chile.- Un estricto régimen de disciplina, manteniendo sus labores diarias y escalafones de mando, fue clave para que los 33 mineros atrapados 700 metros bajo tierra en Chile sobrevivieran su encierro, que lleva ya 20 días, confirmaron las autoridades. Y respecto de los meses que restan para que salgan a la superficie, el grupo cuenta con dos operarios que tienen profundos conocimientos de enfermería, lo que facilitará el proceso de nutrición.

Por pedido del gobierno, la NASA aportará un régimen de alimentación con pequeñas dosis de alimentos condensados y muy ricos en proteínas. A tanta profundidad, a oscuras, con escasa ventilación y acceso a alimentos, la situación en que se encuentran los mineros es similar a la que enfrentan los astronautas en sus misiones.

La perforación mayor
Los 33 mineros comenzaron a recibir agua mineralizada, glucosa y crema hidratante el lunes, un día después de que, a través de un pequeño ducto, hicieron llegar a la superficie un pequeño papel en el que señalaron que estaban todos bien. Por ese mismo ducto se les alimentará los cerca de 4 meses que durarán las labores de rescate. Mientras tanto, una perforadora especial comenzará a operar el domingo para abrir un conducto de 66 cm de diámetros, por donde se espera que puedan salir.

El grupo siguió siempre las instrucciones de su jefe de turno, el topógrafo Luis Urzúa (53 años), y los consejos de Mario Gómez (63), el más avezado de los mineros, con cinco décadas de trabajo en los yacimientos del desierto de Atacama. Se establecieron zonas para comer, para dormir y para circular. También racionaron la comida y fijaron turnos de guardia. "Están mucho mejor de lo que esperábamos", confesó en la superficie uno de los psicólogos que asisten las labores de rescate. (AFP-NA)

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