Ranchillos se pintó la cara

Ranchillos se pintó la cara

Siete domingos al año, en Ranchillos sólo se respira perfume de carnaval. Las mujeres no cocinan al mediodía, y a la una de la tarde ya hay gente esperando que el club San Antonio abra las puertas. Llegan en ómnibus, en autos o camionetas de todas partes de la provincia. Alrededor del club se despliegan puestos de comida y bebida. Adentro, resuena la cumbia y se juega con agua y pintura. paginas 12 y 13

LA GACETA / JOSE INESTA LA GACETA / JOSE INESTA
25 Febrero 2010

Siete domingos al año, en Ranchillos sólo se respira perfume de carnaval. Las mujeres no cocinan al mediodía, y a la una de la tarde ya hay gente esperando que el club San Antonio abra las puertas. Llegan en ómnibus, en autos o camionetas de todas partes de la provincia. Alrededor del club se despliegan puestos de comida y bebida. Adentro, resuena la cumbia y se juega con agua y pintura.

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