Fue a buscar una aventura y encontró el amor

Fue a buscar una aventura y encontró el amor

25 Febrero 2010
Corrían los primeros años de la década del 80. Ricardo llegó al baile con 12 amigos y con el mismo entusiasmo que cuando tenía siete años y su papá lo llevó por primera vez al club San Antonio, en Ranchillos. Esa tarde de domingo era especial: había terminado el servicio militar y sus 20 años de edad lo tiraban de la solapa para ir a buscar aventuras. Y encontró una.

"Apenas llegamos empecé a recorrer el salón. En ese entonces se armaba una pista de baile y alrededor se sentaban las chicas que estaban solas", cuenta Ricardo. Ella usaba un jean de tiro alto y un solero blanco. "Era un encanto, me deslumbró", recuerda.

Ricardo la miró y no dudó. Berta tampoco y, antes de que él dijera nada, se paró y empezaron a bailar. "Se dio todo de una manera natural", relata el cruzalteño de 48 años. En la charla, acompasada por alguna canción de Elton John, Ricardo se enteró de que Berta era de Simoca, que trabajaba en una panadería de la capital y que era soltera. "Pasamos toda la tarde juntos. Nos besamos, y yo tuve miedo de no volverla a ver. Me dio la dirección de su trabajo, pero me dijo que no podía ir a molestarla", recuerda.

Al otro día, Ricardo se paró en la puerta de la Panificación Martínez y esperó hasta que Berta saliera. Tras un noviazgo de nueve años, llegó el matrimonio. Actualmente, él es empleado público y ella montó su propia panadería en Cruz Alta, donde viven con sus tres hijos. "Esto me dejó el carnaval: 28 años de 'clavel'", bromea Ricardo y abraza a su mujer.

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