Para tomar la mejor decisión

07 Enero 2010

- Rol del cuidador.- Es conveniente que en estos primeros viajes esté la posibilidad de que un mayor responsable se encuentre en la misma localidad de veraneo; no que vigile, pero sí que esté cerca ante cualquier inconveniente. No se trata de veranear todos juntos, sino de que alguien mayor pueda ejercer el rol de cuidador para que comprendan que si bien se los deja, también se los cuida.
- El grado de autonomía.- El momento adecuado para que los hijos vacacionen solos no depende de la edad, sino del grado de autonomía que se pueda observar en ellos. Hay que evaluar si tienen juicio propio. Los expertos señalan que los chicos muy sensibles a la opinión ajena pueden ser más vulnerables a caer en conductas de riesgo por influencia de los pares y del contexto. Los chicos con marcada necesidad de sensaciones intensas, con falta de tolerancia a la frustración y dificultades para manejar el estrés pueden también estar expuestos a mayores peligros estando solos.
- Las experiencias previas.- A la hora de los permisos, es aconsejable tener en cuenta experiencias previas, como viajes escolares o con otros familiares, y evaluar si no hubo problemas en su comportamiento. El grupo familiar debe interiorizarse sobre el plan de viaje y prever cómo se van a regular las salidas y qué otras actividades realizarán.  
- Confianza.-  Es elemental que los chicos se sientan en confianza con sus padres y se animan a contarles si cometieron algún error. Frases como "confiá en mí" o "si necesitás ayuda aquí estoy", aunque parezcan redundantes ayudan a generar un vínculo de confianza.
- Previsiones.- Aunque la preocupación se potencia meses antes de las vacaciones, las charlas y la asignación de responsabilidades tienen que comenzar mucho antes. Es recomendable que desde los 12 años se le permita al chico tomar decisiones, advirtiéndole de sus errores.
- Tacto.- Al momento de aconsejar o prevenir al adolescente, hay que hacerlo tranquilamente. Es importante que el joven se dé cuenta de que es por su propio bien y que no es una cuestión de desconfianza.

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