
Chicos solos de vacaciones: el desafío de enseñarles a cuidarse
Uno de los mayores temores que recorren el pensamiento de los padres pasa por las salidas nocturnas, las relaciones íntimas sin protección, el alcohol y la tentación ante las drogas. Se recomienda el diálogo y la confianza previa. También hay que evaluar el sitio a donde los chicos viajarán y los amigos que los van a acompañar.
ENTRE AMIGOS, SIN ADULTOS. El primer viaje lejos de la familia es el sueño de los adolescentes para vivir sus experiencias bajo sus propias reglas. ARCHIVO

Quieren vivir sus propias experiencias. Se sienten adultos y capaces de sortear los problemas que se les presenten. Son adolescentes y se desesperan por soltar riendas. Justamente las vacaciones de verano se convierten en uno de los momentos ideales para poder vivir bajo sus propias reglas. Del otro lado del cristal están los padres, quienes tienen miedo de que algo malo pueda sucederles. Se suelen encontrar desamparados y sin saber cómo cuidar a sus hijos a tantos kilómetros de distancia. Para los especialistas, el gran desafìo es enseñarles a cuidarse sin transmitirles los propios temores.
"Son miedos que uno no puede manejar y te los tenés que aguantar porque en algún momento tienen que empezar a independizarse. Es el mundo en donde van a tener que vivir, y esto les sirve para aprender. Claro que se van con todas las recomendaciones que uno les da", dice Matesa Pacios de Franchini, que después de cuatro hijos ya se acostumbró a dejarlos experimentar. "Por supuesto que a uno le da temor. En grupo hacen cosas que solos no suelen hacer", explica.
Que los adolescentes quieran vivir el mundo de su propia perspectiva es algo absolutamente natural e indispensable para poder crecer. "Hay que permitirles que tomen algunas decisiones por ellos mismos. No sólo en vacaciones, sino desde antes y mostrarles cuáles son correctas y cuáles no. Hay que tener cierta seguridad en el chico, dialogar con él y explicarle que si uno quiere saber sobre su vida no es para controlarlo, sino para cuidarlo. Un consejo que yo daría a los padres es darle un celular al chico. Entonces que sea él el que llame a sus padres y no al revés. Decirle: hablame todas las tardes", aconseja la psicóloga Graciela Chamut.
Los especialistas aclaran que los adolescentes, por mucho que se sientan adultos, todavía son chicos y necesitan que se les expliquen las situaciones, con serenidad, pero con firmeza. Hay que poder trasmitirles a los hijos cuál es la llave para que se cuiden y también puedan disfrutar de esa nueva experiencia. "Hay que decirles las cosas, aunque no les guste. Informarlos y ganar su seguridad. Es muy importante explicarles por qué no deben hacer ciertas cosas. Que no lo sientan como un control. No hay que descalificarlos o burlarse de sus errores, porque si no, después no van a contarles la verdad a sus padres", explica la psicóloga.
La adolescencia es el momento ideal para experimentar sensaciones nuevas y para arriesgarse a hacer cosas que quizás de otro modo no harían. "Hay que hablarles con mucha seriedad y formalidad sobre el tema de las relaciones sexuales. Aclararles que confiamos en ellos y que confiamos que van a manejar este tema con responsabilidad. No hay que olvidarse que estos son momentos de excesos y de falta de límites", apunta Chamut.
Para Marta Dávila, psicoanalista y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), los padres no tienen que transmitirles sus miedos a los hijos. "Esto puede ser muy contraproducente, porque confunde al chico a la hora de tener que resolver situaciones externas reales con las que seguramente deberá enfrentarse. Sí deben hablarles sobre los peligros reales a tener en cuenta cuando se está lejos de un adulto y deben cuidarse por sí mismos", indica. Según la experta, la base para que esta primera vacación sea exitosa es el diálogo y la confianza previa, que se va construyendo desde chicos y que se pone a prueba en las primeras salidas con amigos.







