

Placer, descanso y relajación luego de un año estresante; momento para compartir con la familia y disfrutar sin que apremien los horarios ni las obligaciones. El sentido común asocia todas estas sensaciones con la época de vacaciones. Pero para muchos padres que deben decidir si permiten o no a sus hijos adolescentes viajar con sus amigos, puede ser todo lo contrario: un pico de angustia y estrés. Los riesgos para los jóvenes pueden ser pocos o muchos de acuerdo al tipo de vacaciones que se elijan, las características del grupo de amigos, y las particularidades propias de cada adolescente. Los padres deben evaluar todos estos puntos antes de acordar el permiso.
Marta Dávila, psicoanalista y miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), sostiene que la mejor forma de saber si un adolescente está listo para irse de vacaciones con los amigos es tener en cuenta su grado de responsabilidad. Y eso, asegura, no es cuestión de ponerlo a prueba, sino de haber observado su comportamiento durante el año.
La "edad ideal" para que los chicos empiecen a vacacionar con sus amigos dependerá entonces del grado de madurez de cada joven, aunque, según la psicoanalista, lo adecuado sería a partir de los 17 años: "el chico ya está próximo a terminar la secundaria, y tal hecho marcaría un hito en el proceso de independencia y nuevas responsabilidades que se avecinan".
Es importante a su vez, que el viaje sea a un lugar seguro y con amigos igualmente honestos y responsables.







