"Mi éxito más que un logro es casi una deficiencia... como no soy músico de conservatorio, mis canciones quedan fijas en la gente porque son simples y llegan fácilmente. Es una carencia no haber estudiado música y arreglarme con cuatro acordes. Esa es la realidad", dice el cantautor español José Luis Perales antes de soltar una risa fuerte a través del teléfono.
Lo suyo no parece ser un arranque de sinceridad, sino una constante de su vida. Al menos eso parece, porque habla de sus éxitos y de sus falencias con la misma pasión, sin medias tintas.
Y es esa simpleza, según cree él, la que lo mantiene vigente y en crecimiento. "La gente joven le da continuidad a mi música, y muchas veces me dicen que soy como un viejo amigo, porque de niños sus padres ponían mis canciones", señaló en diálogo exclusivo con LA GACETA. Y agregó: "mi música no es complicada. Los temas de los que hablo en mis canciones son crónicas de la vida diaria... yo le pongo música a lo que veo y lo devuelvo como canción. Ese es un lenguaje que se entiende muy bién", insiste.
Versiones
Perales sostiene que esa es la razón por la que se ha convertido en uno de los compositores hispanos más versionados. "Es curioso como muchos jóvenes les cambian el ritmo a mis canciones y hacen sus propias versiones; eso me hace sentir vigente", explica. Y señala como una de sus preferidas la versión que hizo Attaque 77 de su tema "¿Por qué te vas?".
Por eso, de algún modo considera que las canciones, una vez concebidas y cantadas, dejan de ser suyas. "En los conciertos percibo que fueron hechas por la gente. Sobre todo cuando el público las canta enteras y después me cuentan sus historias de amor, iniciadas con alguna canción mía. Y, como se ve que son matrimonios duraderos, se nota que se enamoraron fuerte. Eso me pone contento", afirma, mientras el tono de su voz deja imaginar una mueca de satisfacción, casi una sonrisa.
Perales no tiene problemas en contar cuáles son sus secretos para componer, ni referirse a sus musas. "Me inspira la vida, la noticia de cada día y lo que observo en la calle. Porque me gusta recorrer lugares que cuenten una historia... es así de simple", dice el autor de "Celos de mi guitarra".
Amor y pasión
Pero además de vivencias y paisajes, en sus canciones hay amor y desencuentro. También eso tiene sus explicaciones. "Afortunadamente estoy enamorado, porque si no, no podría hacer canciones tan bonitas... Y las de desamor se inspiran en una vecina que se lleva muy mal con su marido", responde, como esquivando los detalles, y suelta otra carcajada.
Perales sostiene que más allá del éxito de su carrera, en la que cumple 35 años (por ello la gira por todo el continente americano), se siente más compositor que cantante. "Supongo que moriré escribiendo antes que en un escenario, porque es lo que me gustó hacer siempre", indica quien compuso, antes de ser conocido como cantante y hasta nuestros días, canciones para infinidad de cantantes e intérpretes de todo el mundo como Raphael, Miguel Bosé, Rocío Jurado, Isabel Pantoja, Paloma San Basilio y Lola Flores, entre otros.
El creador de "Un velero llamado Libertad" charló con LA GACETA pocas horas antes de su arribo a la Argentina, proveniente de Uruguay, donde realizó un par de presentaciones. Y no es casual que la gira concluya en nuestro país.
"Hacía mucho que no realizaba tantos conciertos en la Argentina como ahora, que voy a recorrer casi todo el país. Y esta es una nación que siempre me trató muy bien, que me dio el primer disco de Oro en 1974, cuando empezaba, recibí los primeros premios... ¡hombre, claro que es especial para mí este lugar!", exclama el artista, que vendió más de 40 millones de discos en todo el mundo.
"Incluso, percibo la fidelidad absoluta del público, hasta en lugares a los que no voy hace mucho, como es la misma Tucumán", recalca el autor de "Quisiera decir tu nombre".
Una vida atravesada por la música
Perales nació en la Villa de Castejón, Balcón de la Alcarria, un pueblo situado a 65 kilómetros de la ciudad de Cuenca, en el seno de una familia cristiana tradicional. Ya desde muy pequeño mostró devoción por la música aprendiendo a solfear con un antiguo maestro, lo que lo llevó a tocar el laúd con tan sólo 6 años. A los 16 años aprendió a tocar la guitarra. Cuenta que un día, escuchando radio, se sintió motivado para componer una canción. Así nació el que sería su primer tema: "Niebla".