
GRAN ARTISTA. Perales también hace esculturas en cerámica y vasijas. ARCHIVO LA GACETA

Sincero y absolutamente pasional. Así se muestra José Luis Perales cuando habla de música, y también de sus otros hobbies. La vehemencia con la que habla de ellos, indica que encara cada aspecto de su vida con la misma intensidad.
"No hago otras cosas sólo para entretenerme, entrego el alma en lo que empiezo", aclara antes de hablar en profundidad, con lujo de detalles, sobre su afición por la escultura.
Cuenta que empezó en un parate que tuvo en su carrera como consecuencia del cambio de compañía discográfica, y de las demoras que hubo en ese proceso. "Estaba nervioso y quise ocupar mi tiempo. Tomé contacto con un taller de escultura, y al final me atrapó tanto que cancelé la gira para presentar un nuevo disco para seguir porque me atrapó el escultor que hay en mí", explica.
Es la escultura figurativa la que lo cautiva, pero para llegar a ella tuvo que entender primero que necesitaba elementos técnicos, y hacer realismo. Aunque tiene una gran producción de obras, no tiene pensado exponerlas. "Me da mucha vergüenza", confiesa.
Otro de sus hobbies, que está relacionado, es el de moldear vasijas romanas. "Ellos crearon, en el siglo I o II antes de Cristo, las primeras vasijas impermeables", explica. Tras relatar el proceso de moldeado y cocción a 900 grados en su propio horno, dice que recorrió museos de toda Europa y que en algunos casos consiguió que le prestaran restos de piezas para poder tomar las molduras originales. "No podía ponerles una florecilla", comenta jocosamente.
"Me entrego absolutamente a lo que hago, y lo mismo me ocurre como jardinero, aunque le doy a cada cosa su tiempo para que no se molesten entre sí", añade.







