Maradona

- En el caso de Maradona, usted marca su afición a la victimización y a las teorías conspirativas y, al mismo tiempo, la existencia de una protección desmesurada por parte de la sociedad y de sectores de influencia o poder, como el periodismo o las asociaciones futbolísticas. ¿La protección la explicaría el dinero que genera su figura?
- Y también el uso político de su nombre. Videla fue el primero, con el mundial juvenil del 79. Luego vendrían Alfonsín, Menem, Macri, Néstor y Cristina Kirchner.

- ¿Pero el público no percibe esa contradicción entre victimización y amparo?
- No, no percibe una duplicidad que siempre existió. El llegaba a los tribunales y lo esperaban cientos de periodistas para entrevistarlo; hasta el secretario de Juzgado quería sacarse una foto con él. A los 10 años, Maradona aparece en televisión diciendo que quiere ser un crack mundial. Salvo en su infancia, Maradona nunca fue un marginal.

- ¿Usted cree que en otros países no hubiesen celebrado como nosotros un gol con la mano, en un mundial, como el que le hizo Maradona a los ingleses?
- Los argentinos entienden que la ley está hecha para ser transgredida. Incluso en el del deporte. No importa el fair play, que es esencial dentro de todo deporte. Si no hay reglas, no hay juego. Pero los argentinos desconocen ese límite. Por eso los transgresores son admirados.

- ¿Ese es un fenómeno específicamente argentino?
- Hay una tendencia en la condición humana a la transgresión. Pero en la Argentina esa tendencia está estimulada. En las sociedades muy organizadas, que cuentan con instituciones sólidas, esa tendencia encuentra una valla. Pensemos en las transgresiones viales, que no es algo secundario. Todos los días mueren muchas personas. Y eso ocurre porque no hay sanciones efectivas. Yo no creo en caracterologías nacionales pero sí en que en ciertos países, como el nuestro, están dadas las condiciones para el caos.

- Ahora bien, ¿cómo procesa una sociedad, que mayoritariamente respeta la tradición católica, el enfrentamiento de un ídolo como Maradona con el Papa o con la Iglesia?
- Maradona tiene una ética doble. Por un lado rechaza al Papa; por otro, entra a la cancha y se santigua. Además, después de las declaraciones hostiles de Maradona hacia el Papa, fue a visitarlo. Hay una duplicidad que se repite en la mayoría de los católicos argentinos. Un dato para pensar: el 90% de los argentinos dice ser católico; el 90% de los argentinos practica el control de la natalidad.