"Hay que encarcelar a los que nos venden droga"

"Hay que encarcelar a los que nos venden droga"

Esteban Pachado fue absuelto el miércoles ya que la Justicia consideró que la Constitución ampara el hecho de consumir cocaína en privado.

VERDULERO. El joven se gana la vida a diario con la venta ambulante. Vive en “La Bombilla” con su esposa y con sus dos hijos en una precaria casa. LA GACETA/ JORGE OLMOS SGROSSO VERDULERO. El joven se gana la vida a diario con la venta ambulante. Vive en “La Bombilla” con su esposa y con sus dos hijos en una precaria casa. LA GACETA/ JORGE OLMOS SGROSSO
03 Abril 2009

Esteban Pachado siente que se quitó un peso de encima. "Les agradezco a los jueces por respetar mi libertad", afirmó el joven de 27 años en su casa del barrio Juan XXIII, donde vive con su pareja y sus dos hijos. El miércoles, Pachado fue absuelto en una causa por tenencia simple de cocaína. En junio de 2007, la Policía encontró dos "bochitas" de esa droga en su vivienda de Villa Carmela. Pero la Justicia Federal consideró que se trató de un acto de la vida privada de Pachado, ya que no afectaba la salud pública al consumir la droga solo y dentro de su vivienda. "Espero que desde ahora metan presos solamente a quienes hacen plata con nuestra adicción. Hay que encarcelar a los que nos venden droga", expresó, en diálogo con LA GACETA.

- Usted dijo ante el tribunal que volver a la cárcel iba a empeorar su adicción. ¿Por qué?
- Estando preso un mes en Villa Urquiza me drogaría más que durante los cuatro que llevo en libertad. Justamente, yo conocí esa basura en la cárcel, porque la vida ahí es terrible. Te comés la cabeza. La única posibilidad de que se te pase el tiempo es con "fasos", pastillas o "merca". Yo era de tomar bebidas alcohólicas antes de entrar ahí, pero jamás había probado drogas. Y hoy todavía sigo con este problema.

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- A usted le encontraron cocaína por un procedimiento en la casa de Julio Herrera, condenado por venta de drogas. ¿Qué hacía usted allí?
- Tenía un problema familiar y tuve que vivir un tiempo solo. Por suerte, Julio me prestó un espacio en su fondo para poner mi casita. La mañana del allanamiento me desperté de golpe cuando me patearon la puerta. Después me pegaron, pero no tenía sentido. Yo admití sin problemas todo. "En la billetera tengo ?merca?", les dije a los policías. Después me mostraron una pistola, que no era mía. No sé de dónde salió.

- ¿Cómo obtuvo la droga?
- La había comprado en una plaza de barrio Echeverría a un chango que la vende. Era para mí solo, porque el cuerpo me la pedía. Con esas dos bolsitas yo tiraba para dos o tres días, porque no me interesa ponerme "duro", sino zafar del síndrome de abstinencia.

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- ¿Hizo algo por curarse?
- No, no realmente. Nadie me ofreció ningún tipo de tratamiento. Cuando me detuvieron después del allanamiento, en la Justicia Federal me dijeron que me iban a ayudar. Pero a los 15 días me soltaron y se olvidaron de mí. Me hubiese servido mucho que me internaran, porque en vez de gastar la plata en consumir "giladas" hubiese podido comprar cosas para mis hijos y mi señora.

- Justamente, usted le pidió un tratamiento al tribunal...
- Sí, pero tengo entendido que para dármelo tenían que condenarme. Y por suerte estoy libre.

- ¿Y cómo va a hacer?
- Voy a poner todo de mi voluntad para salir. Pero hoy tengo poco apoyo: mis padres, mi pareja, y nadie más. Tampoco tengo tiempo de ir a hospitales, porque me levanto a las 5 para salir en el carro a vender verduras, y desde la tarde ya tengo que empezar a buscar comida para mis caballos. Ahora, para colmo, me robaron un animal, y no sé cómo voy a hacer.

- ¿Qué siente que lo llevó a ser adicto?
- No lo sé. Por lo general consumo cuando me pongo nervioso por algo o cuando me viene el síndrome de abstinencia. Lo que más uso es la marihuana, porque con un porro ya me tranquilizo.

- ¿Se ve mucha droga en la calle?
- Sí. Por eso necesito salir de acá. Se consigue un porro a $ 1 en cualquier parte y así es imposible salir. Creo que en vez de meternos presos a los adictos deberían agarrar a los que hacen plata con nosotros. Ahí se acabaría el consumo.

Momentos históricos

Durante la última dictadura militar, en 1978, la Corte estableció que sancionar a un ciudadano por tenencia de drogas para uso personal era constitucional.

En 1986, durante la gestión de Raúl Alfonsín, el Alto Tribunal efectuó el fallo "Bazterrica", que declaró la despenalización de la tenencia para uso personal.

Cuatro años después, ya con Carlos Menem como presidente, el máximo tribunal retomó la postura que había adoptado durante el gobierno militar.

La Corte Suprema elabora hoy un fallo que despenalizaría la tenencia para consumo personal, en el marco de la causa "Villacampa".

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