Atlético le bajó el telón a una noche soñada

Hubo mucho brillo en las tribunas y también en la cancha, donde el "decano" forjó una tarea casi perfecta frente a un rival desconsolado. Por Leo Noli - Redacción LA GACETA.

IMPAGABLE. Desde los cuatro costados del Monumental, el público recibió a los jugadores con una lluvia de serpentinas. Fue una noche mágica para el público, que sueña con la “A”.  LA GACETA / FRANCO VERA IMPAGABLE. Desde los cuatro costados del Monumental, el público recibió a los jugadores con una lluvia de serpentinas. Fue una noche mágica para el público, que sueña con la “A”. LA GACETA / FRANCO VERA
31 Marzo 2009

Una vez suelto, el sabueso busca, busca y busca hasta dar con su presa. El animal no desespera, pese a sus movimientos desarticulados y frenéticos. Mantiene la calma hasta dar con el blanco. Un perro de caza pocas veces falla. Luis Miguel será una "Pulga", pero juega y mete como un león. Es el rey de la selva celeste y blanca. Se mueve para un lado, para el otro; mira al amigo, le guiña el ojo y lo alienta a acompañarlo en esta ilusión bandida por llegar hasta lo más alto. A la gloria, a la elite, al panteón de los 20 clubes elegidos. Es que el mejor cantante de 25 de Mayo y Chile contagia a los amigos y castiga a los enemigos.
Antes de dar con la letra, Luis falló en su primer intento, aunque no se desanimó. Olfateó una segunda oportunidad, después de haber vencido al primo de Rodrigo, y la mordió. Tan fuerte que el Monumental se vino abajo de emoción. Atlético había dado el primer paso hacia una victoria fenomenal.
Sin embargo, antes del fusilamiento del asesino simoqueño el público se había encargado de hacerle sentir su corazón al jugador.La muchachada entregó el alma en cada nota de la canción. El "decano", agradecido por la misma banca de siempre, elevó su alma bien arriba, a tres escalones de esta escalera con salida a la puerta grande del apasionante show.

Los pedís, lo tenés
El momento del análisis fue en el entretiempo. Las miles de almas reunidas en el "José Fierro" hablaban de un tema en particular: la victoria parcial de Atlético, bien construida desde el vamos, aunque algo avara en el global. La popular pedía uno más para serenar la ansiedad y bajarle los humos al incendio interior provocado por los nervios. Y el calmante llegó bajo la suela del botín derecho del "Obrero" Gutiérrez, que tuvo una chance clara y esta vez no la desaprovechó.
Goloso el populacho, pidió un golcito más para cerrar una noche perfecta, llena de luces y de colores. El "Flaco" Pereyra cumplió el deseo y Atlético cantó victoria, una más en este largo camino a la gloria.

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