
En Tucumán apuestan por la lechería
En medio de la incertidumbre en que se encuentra la producción agropecuaria en el país, debido al conflicto entre el Gobierno nacional y el campo y a la crisis económica internacional, un emprendimiento da cuenta de que hay condiciones para negocios nuevos, con posibilidades de expansión.
ULTIMA TECNOLOGIA. En las próximas semanas la fábrica, además de los quesos, comenzará a vender leche en sachet de marcas La Piedad y Casa Blanca. LA GACETA/ANALIA JARAMILLO

A nueve años de la quiebra de la Cooperativa de Tamberos de Trancas (Cootam), Tucumán volvió a contar, desde hace tres meses, con una planta de producción de quesos industriales. Se llama La Piedad, y funciona en San Fernando, ruta 311, kilómetros 20 y 21, a tres kilómetros de distancia de San Pedro de Colalao.
El establecimiento -se suma a las ya tradicionales fábricas de quesos artesanales que funcionan en esa zona y en Tafí del Valle- pertenece a Juan Oliva, un ex directivo de las firmas citrícolas Vicente Trapani y Citrusvil que, promediando los 40 años (hoy tiene 47), se lanzó como cuentapropista.
Según comentó Oliva a LA GACETA, durante una visita al establecimiento, la planta puede producir hasta 30.000 litros de leche fluida (hoy elabora 8.000, entre pasteurizada y parcialmente descremada) y cuenta con capacidad para fabricar 3.000 kilos de queso diarios (produce 800 kilos).
Actualmente, se elaboran tres variedades de quesos:
Cremoso.
Sardo.
Tybo (conocido como barra).
"Estamos esperando las bobinas para empezar el próximo mes con la venta de leche en sachet de litro, marca La Piedad", informó Oliva, y agregó que buena parte de la producción será adquirida por Emilio Luque. El empresario -expresó Oliva-, confió en su proyecto y comercializará la leche y los quesos de la fábrica en su cadena de supermercados, con una marca propia: Casa Blanca. De esa forma, La Piedad, según sostuvo Oliva, cuenta con un punto seguro de venta de sus productos elaborados.
"Emilio Luque tiene la capacidad de absorber el 100%. Pero iremos regulando el porcentaje. Es que comprobamos que la marca La Piedad está teniendo buena recepción en pequeños y medianos comercios. A la gente le gusta y creemos que apoya que se trate de productos hechos en Tucumán y por tucumanos", manifestó.
Al respecto, relató que de un estudio de mercado previo a la decisión de inversión, surgió que Tucumán consume 40.000 kilos de queso cremoso o cuartirolo por día. "También observamos que en Tucumán no había plantas de quesos industriales, y que todo se importa desde Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires. Uno ve cómo se envía le leche a esas cuencas poderosas y después los productos llegan, con valor agregado, mucho más caros. Eso nos hizo pensar que el proyecto era potable", aseveró.
Oliva dijo que pretende lograr el crecimiento de la producción y la diversificación de los productos a partir de la producción de leche.
Los 30.000 litros de capacidad de de La Piedad significan muy poco en relación con la cuenca pampeana, donde las industrias más pequeñas producen por encima de los 50.000 litros y una grande, como Sancor, 5 millones de litros de leche diarios. "Ese es el rango. Pero nosotros queremos crecer. En Tucumán los tambos producen alrededor de 70.000 litros de leche por día, que se van casi en su totalidad para las cuencas pampeanas, donde las procesan. Nosotros pretendemos tomar hasta 40.000 de esos litros, procesarlos, y venderlos en Tucumán", comentó.
El empresario afirmó que Mucca, una compañía mexicana que cuenta con industrias lecheras en Santa Fe y en Uruguay, lo asesoró en la compra de maquinarias de última tecnología para La Piedad, un establecimiento de 450 m2, en el que actualmente trabajan seis personas, pero Oliva estima que, una vez que alcance su máxima producción, contará con 20.
También comentó que la instalación y la puesta a punto de la fábrica vino de la mano del experto Juan Carlos Asci, que abrió 24 plantas lecheras en distintos países del mundo. "Pese a su prestigio, a sus 75 años y a sus cinco by passes, vino a San Pedro; se quedó un año y medio aquí a trabajar y no nos cobró un peso por sus servicios", destacó Oliva.
Informó que la inversión en la planta fue de U$S 1 millón y dijo que aspira a acceder a los beneficios de la ley de Promoción Industrial para recuperar parte de la inversión realizada y saldar el pasivo que dejó el emprendimiento.
"Estamos en un momento crítico. Nos agarró la crisis mundial; hay una retracción en todas las economías y en el consumo, y encima el secretario (de Comercio Interior de la Nación, Guillermo) Moreno prohibió la exportación de quesos en la Argentina, por primera vez en la historia, y generó un gran sobrestock de productos que hace que todavía la plaza no se limpie. De todas maneras, a pesar de este contexto, yo creo que hay posibilidades de crecer y confío en que después de este diluvio va a salir el sol", concluyó Oliva.







