02 Marzo 2009 Seguir en 
Las amonestaciones, las suspensiones y la expulsión son "castigos" que generan rebeldía entre los adolescentes. Sin embargo, los docentes que están debatiendo el nuevo código de convivencia escolar creen que deben seguir aplicándose, pero como medidas de última instancia. Los educadores sostienen que es más útil contrarrestar la mala conducta con medidas preventivas y reparadoras. "Las normas disciplinarias ya no dan resultado en las nuevas generaciones estudiantiles; no se trata de impartir órdenes y de castigar cuando no se las cumple, sino de dialogar, concientizar al alumno y también a los padres. Si hubo infracciones, el chico debe reparar el daño que causó a la escuela o a sus compañeros mediante un servicio ejemplificador, como ordenar la biblioteca de la escuela", explicó la docente Silvia Rojas, de la Escuela de Comercio Miguel Lillo. Los educadores también consideran importante que los padres se involucren en la vida escolar.
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