24 Diciembre 2008
BUENOS AIRES.- El arquero de Boca, Javier García, aseguró que su salida del equipo tras el gol de Tigre se debió a una lesión y negó que haya sido por un nuevo desempeño flojo.
García fue responsable del gol de Leandro Lázzaro, al quedarse atornillado al suelo, y unos instantes después, a los 24 minutos del complemento, el entrenador Carlos Ischia dispuso el ingreso de Josué Ayala.
Con el gol, el partido alcanzó momentos dramáticos, no sólo en el juego, sino por el mismo García. La resignación se convirtió en lágrimas que mojaban el rostro del arquero cuando fue reemplazado por otro juvenil, de 20 años. García fue enfocado por las cámaras en numerosas ocasiones. El arquero, que totalizó 14 apariciones en el Apertura, no pudo ocultar su frustración cuando todavía los jugadores de Tigre no terminaban de festejar el gol y llegaba la modificación ordenada por Ischia. Al mismo tiempo, la confirmación: Boca empezaba a sufrir otra vez por culpa de García.
Infiltrado
Esta fue la segunda falla consecutiva de García, ya que también cometió un grosero error en el empate transitorio de San Lorenzo tras un disparo débil de Santiago Solari que se le escurrió entre las piernas.
Sin embargo, García remarcó que padece una lesión y debió ser infiltrado antes del partido, aunque la duda quedó flotando.
"Me siento muy raro. Fui infiltrado. No me puedo mover dos veces, en el primer tiempo y en el segundo. Estoy algo triste porque el gol me lo volví a comer yo. En ese momento me quería morir", se sinceró el arquero. (DyN-Télam-Especial)
La contracara
Luis Ardente, con 27 años, debutó en Primera. El arquero de Tigre reemplazó a Daniel Islas, que fue expulsado ante San Lorenzo. El golero mostró seguridad en cada una de las intervenciones y mantuvo la valla en cero.
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