

Esta película ya la vio todo amante del buen fútbol. El hincha, sin importar el color de la camiseta, se bancó durante más de tres horas los 50º de sensación térmica del domingo por la tarde, los precios de las entradas, los golpes de los cobardes de “La 12” -qué otro calificativo les cabe a los vándalos que golpean mujeres y niños para ganar espacio en la tribuna- y todo tipo de incomodidades. Otros, directamente, ni pudieron entrar, a pesar de que tenían las entradas en la mano.
Ahora llegó la hora de las acusaciones cruzadas. Los directivos de San Martín apuntaron contra sus pares de Boca. Estos, sin lugar a dudas, no se quedarán callados e intentarán, con todo tipo de respuestas, desacreditar la versión de los tucumanos.
La polémica, con seguridad, durará varios días y, como ocurre en la mayoría de los casos, nadie se acordará del hincha que, a pesar de que siempre sufre, se las arregla para brindar su aliento y nunca falla.







