Los efectos financieros derivados de la volatilidad

05 Octubre 2008

Las turbulencias financieras internacionales -que están generando zozobras en las entidades financieras de los países centrales- parecieran estar algo más alejadas de la preocupación de los bancos radicados en la Argentina. En rigor, si bien nuestro sistema financiero aún permanece en una "zona de exclusión", no puede aislarse de los efectos derivados de la volatilidad que afecta a los mercados globales, indica el informe de coyuntura de la Consultora Finsport Economía y Finanzas.
¿Por qué esta dualidad que lo aleja del desastre pero -paralelamente- lo coloca en el ojo de la tormenta? "En primera instancia, desde que en julio de 2007 comenzaron a advertirse con singular virulencia los efectos de la crisis de las hipotecas subprime en los Estados Unidos, en nuestro país se intensificó la salida de capitales", señala el diagnóstico. La información sobre la constitución de activos externos del sector privado es contundente: en los últimos 12 meses (computados hasta el segundo semestre del ejercicio en curso), la formación neta de activos en el exterior creció exponencialmente, pasando de un promedio trimestral inferior a los U$S 600 millones en los 12 meses precedentes, a una media cercana a U$S 5.000 millones.
 En otras palabras, "a partir de la segunda mitad de 2007 se instaló un proceso que -ayudado por el conflicto agropecuario- derivó en una multiplicación de la formación neta de activos externos", considera Fisonport. ¿Cómo está influyendo este comportamiento en  el valor de los activos domésticos? "Básicamente, en una  disminución en la valuación de los mismos. Un caso emblemático  es el del Merval que registró una pérdida de alrededor de 25%  frente a los niveles de mediados de junio pasado (gráfico  intermedio). Desde esta óptica, los inversores en renta variable están ajustando a la baja la cotización de las acciones como una forma de adecuarlas a las menores utilidades esperadas.

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