Millones en subsidios, gasto público descontrolado y precios en alza configuran un cóctel peligroso para el rumbo económico favorable que evidenció la Argentina en los últimos cinco años. La necesidad de que se produzca una reactivación de la economía argentina, que vio frenada su expansión a causa del largo conflicto entre el Gobierno y el campo, parece ser una de las prioridades que expertos opinan que debería fijarse la administración nacional.
El economista Aldo Abram estima que el Gobierno debe demostrar su vocación por mejorar su desgastada imagen. “Algunos cambios que podrían ayudar son reconocer el problema de la inflación y normalizar el Indec para que los ciudadanos tengamos un índice de precios creíble”, sugirió. Por su parte, Eduardo Fracchia, director académico del IAE de la Universidad Austral, señala que el consumo es crucial para sostener la fase de crecimiento que comenzó en 2002. Entre tanto, el investigador jefe del Ieral de la Fundación Mediterránea, Jorge Vasconcelos, sostuvo que el gasto público, que crece unos 10 puntos por encima del PBI nominal en lo que va de 2008, debería comenzar a evolucionar en un andarivel de cinco puntos (o más) por debajo del PBI nominal desde ahora y hasta fin de año.
“La política económica en la Argentina está en un punto de inflexión, porque se está agotando el esquema fiscal utilizado en el último período, de fuerte expansión del gasto público nacional y vertical aumento de subsidios en tarifas públicas y combustibles. El gasto público deberá moderarse significativamente de aquí en más, porque la recaudación no permitirá sostener esa política, con lo que algunos precios y tarifas deberán comenzar a sincerarse. De ignorarse esta realidad se corre el riesgo de un retorno de las turbulencias financieras, ya que el estado nacional enfrentará importantes vencimientos de deuda en 2009, para lo que requiere un superávit primario no menor a U$S 10.000 millones el año próximo”, advirtió Vasconcelos.