Si no hay calidad de vida, no puede haber calidad educativa

Si no hay calidad de vida, no puede haber calidad educativa

Punto de vista. Por Daniel Enrique Yepez - Licenciado en Ciencias de la Educación.

PRECARIEDAD. En las escuelas de la periferia se manifiesta más la crisis.  LA GACETA / JOSE NUNO PRECARIEDAD. En las escuelas de la periferia se manifiesta más la crisis. LA GACETA / JOSE NUNO
08 Junio 2008
Cuando el ministro Tedesco dice que los educadores tienen que "hacerse cargo de los resultados de sus alumnos", no descubre ni dice nada nuevo. Y hasta podría decirse que repite la vieja y remanida fórmula de los "predicadores"" neoliberales de la "calidad educativa" de los 90, asociada a un eficientismo cuantitativo, a la "medición de rendimiento" y sujeta al modelo civilizatorio impuesto por el mercado, donde es fundamental que el docente aparezca como único responsable de la debacle educativa.
De esta manera se encubre la devastación política e institucional que ha padecido el sistema educativo nacional, centralizado, público y estatal, precedente esencial de su vaciamiento conceptual, material y pedagógico. Vaciamiento que también ha sido correlato de la destrucción del Estado, de su patrimonio social, de sus recursos naturales y de su industria, en paralelo a la progresiva supresión de los espacios públicos de la sociedad.

Fuera de la escuela
Para debatir seriamente la ambigua formulación "calidad educativa", es necesario proponer algunas líneas innovadoras al respecto.
1) La "calidad educativa" no es un problema intraescolar o sujeto exclusivamente al proceso enseñanza-aprendizaje en sí, como lo quieren mostrar ciertos tecnócratas de la educación. En realidad, es un complejo problema social, económico, político, histórico y cultural que trasciende lo pedagógico-curricular, para enraizarse profundamente en las condiciones de existencia y en la calidad de vida de la población. Sin calidad de vida, difícilmente pueda existir calidad educativa. No hay que buscarla solamente en la escuela.
2) Mientras no se discuta que calidad de vida es lo opuesto a pobreza, marginalidad, exclusión, desempleo, desarraigo, desintegración y violencia familiar, etc., hasta el mejor docente se verá en figurillas para enseñar, aun contando con los mejores recursos y la mejor formación. Hay que debatir por qué la escuela perdió su función pedagógica y también su relato cultural.
3) El problema, lejos de ser pedagógico, es político. ¿Se modificaron realmente las políticas educativas desde 2003 en adelante, o en realidad se sigue ofreciendo al pueblo argentino "más de lo mismo", con un envoltorio discursivo pseudoprogresista?
Mientras no exista voluntad de debatir seriamente esto, seguiremos transformando al docente en fusible.
4) Otro lugar común que debe ser revisado de manera urgente, respecto a la "calidad educativa", es el tema de la capacitación docente. Como se sabe, esta es una condición necesaria pero no suficiente. Si algo se promovió en estos años fue un cúmulo de ofertas de capacitación con sentido mercantil más que formativo. Los resultados están a la vista, y el sistema educativo sigue siendo tan o más ineficiente que antes. Basta con evaluar la pobreza de conocimientos con que egresa un estudiante secundario, para que nos quede claro que es hora de replantear seriamente cuáles deben ser las líneas primordiales de capacitación y actualización docente ofrecidas de manera gratuita por el Estado, así como también poner en acto un debate abierto y participativo sobre los planes y programas de los profesorados de formación docente.

Comentarios