Por una mayor calidad educativa

Por una mayor calidad educativa

Echarle la culpa al otro es una mala costumbre argentina y en materia de educación se repite el modelo. Según los profesores universitarios, los chicos llegan mal preparados por el bajo nivel académico de la secundaria.

08 Junio 2008
Faltan a clases, repiten el mismo programa todos los años, no actualizan la bibliografía, no enseñan técnicas de estudio, no brindan contención e, inclusive, maltratan a los alumnos son algunas de las declaraciones que mencionaron padres y estudiantes respecto a las fallas en la tarea de los docentes. La mirada de los padres y estudiantes confirma la apreciación del ministro de Educación de la Nación, Juan Carlos Tedesco, quien afirmó recientemente que la educación en el país es mala, deficitaria, qué hace falta elevar la calidad educativa y que los educadores deben hacerse cargo de los resultados de sus alumnos.
Además de ser mamá, Clara Ubaldi es maestra particular, y observa entre sus alumnos falta de estímulo."Los chicos no quieren ir a la escuela desde los 8 años. Algo que antes era impensado y, aunque la familia tiene influencia en este tema, también la escuela tiene su parte de responsabilidad", sostuvo. Como madre, dijo, se da cuenta de que ni siquiera los colegios privados dan la garantía de que sus hijos tendrán una buena educación. "Los docentes no se hacen cargo de los contenidos. El chico llega a la secundaria y no entiende de qué le habla el profesor. Me parece que una manera de cambiar esto sería exigir, además del curriculum, un examen a los docentes que considere aspectos académicos y pedagógicos", dijo.
Carmen, de 37 años, manda a sus tres hijos a un colegio privado. "Pago por educación con la pretensión de que tengan clases todos los días, de que reciban una formación espiritual y tengan materias especiales, de inglés, por ejemplo, porque más no se puede pedir. Pero sé que la preparación que reciben es insuficiente por eso trato de transmitirles valores desde la casa", dijo resignada.
Para Máximo Gramajo, de 19 años, el ingreso a la universidad le hizo notar cuáles fueron las falencias en su formación. "Más que a cuestión de contenidos, que depende de la carrera que elijas, me di cuenta de que uno llega sin el hábito de estudio que requiere la facultad. No es responsabilidad exclusiva de los profesores sino la combinación de la falta de seriedad de ellos en el secundario (no se molestan en enseñarte) y la mediocridad de los alumnos, con la que nos perjudicamos nosotros mismos", dijo.
"No puede hablarse de calidad si ni siquiera se dan clases. Los maestros viven de paro o enfermos", afirmó Gabriela,de 46 años, mamá de cuatro niños .

Falta de compromiso
Es generalizada la observación de que sólo algunos maestros se hacen cargo de lo que significa ser docente. Giuliana Santoni, estudiante de la Escuela de Bellas Artes, marcó la diferencia entre ?buenos? y ?chantas? y definió a los primeros como aquellos que "dan contenido en sus clases, no faltan y son responsables" y a los segundos como "los que hacen lo contrario". No se atrevió a afirmar que la educación no es buena pero confesó que le asusta no estar preparada para entrar a la universidad.
También Patricio, alumno del Colegio Nacional, mostró una sensación similar. "Tengo la suerte de tener excelentes profesores, que trabajan por pésimos salarios, pero no confío en los nuevos métodos de enseñanza. Para mí la falla está en el sistema y en los contenidos, que son insuficientes", sentenció.
No se trata de hacer grandes diseños e implementar reformas en los programas, según María del Pilar -mamá y docente de 57 años- sino de que los profesores se comprometan con su tarea. "Están preocupados por el salario, por cumplir mínimamente el programa y las horas de trabajo y no puede ser así. El docente no se puede comparar con un empleado administrativo, que realiza tareas rutinarias o un comerciante que vende productos. El docente es un formador de ciudadanos, tiene a cargo mucho más que los contenidos del programa", manifestó.

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