Luego de disfrutar, durante la mañana, del clima y el pasaje del cerro San Javier, Julio Iglesias partió a las 15 desde el aeropuerto Benjamín Matienzo rumbo a Florianópolis, Brasil, a bordo de su exclusivo jet privado. La aeronave es un Gulfstream G450 y sólo multimillonarios como Steven Spielberg y Bill Gates tienen un modelo similar.
Al parecer, Iglesias es un gran amante de los aviones, por lo cual tiene los mejores modelos, a los que decora a su gusto y paladar. En ellos siempre lleva manjares de nivel internacional ¿El detalle? Quien ingrese a la nave debe hacerlo descalzo, pero con medias.
Seducidas
El cantante español deslumbró anoche a una multitud, que soportó viento y lluvia para verlo brillar en el escenario. Después de una hora de canto y seducción, Iglesias volvió a subir a la tranquilidad del cerro San Javier, en cuyo hotel se hospedó.
Una mujer que anoche fue a verlo al club Floresta confió que el astro madrileño no estaría del todo conforme con el show que desplegó. Según dijo, Iglesias no disimuló su enojo cuando la lluvia evidenció las goteras del edificio. "El agua le caía en el piano y también en la calva. Se fue indignado", se río la fanática. LA GACETA.com ©